Lleva una escuela de fútbol en Madrid que le matiene en contacto diario y enriquecedor con la base. Hace un par de semanas, mientras transmitía su colaboración escrita para este diario del Mundial de Alemania, se encontraba en San Sebastián, donde celebraba que un buen puñado de jóvenes futbolistas vivieran su convivencia final con él de referencia técnica. Manuel Sánchez Delgado, Manolo , es la leyenda viva del Cacereño, el mito verde por excelencia, pero sobre todo, y en tiempos de crisis, el hombre en el que Antonio Martínez Doblas y Angel Marcos se han fijado para que reconduzca en la parcela deportiva la nave del club, una vez se confirme la compra de acciones a Félix Campo por el empresario segedano.

"Con Manolo volvería de nuevo la ilusión", resalta un significado aficionado del Cacereño. Y, como él, otros muchos que así lo pregonan. "De 40 que íbamos al fútbol, al menos iríamos al principio 500 o 600, y si todo va bien, muchos más, hasta pensar en el ascenso. Al menos estaríamos motivados", añade.

Grande desde pequeño

Manolo es, en fin, todo un símbolo verde. Producto de la prolífica cantera del Diocesano, destacó en el equipo del colegio hasta, todavía muy niño, ser reclutado por Domingo Camello para el Cacereño, donde ya desde las categorías más inferiores ejerció de talentoso líder de un equipo extraordinario en el que también sobresalía su amigo Chinto, otra referencia del fútbol local que podría tener cabida en el proyecto.

Con sólo 16 años debutó en el Cacereño, en Tercera División, y a partir de ahí, su carrera fue meteórica: Sabadell, Murcia y Atlético de Madrid, donde consiguió ser Pichichi en el año del Mundial de Italia del 90. Internacional y titular, compartiendo delantera con Emilio Butragueño, en el campeonato italiano sucedió lo que marcó el devenir de su carrera con España: tras el primer partido, ante Paraguay (0-0), en el que fue sustituido, no volvió a vestir la roja .

Aventura extremeña

Tras otras temporadas de éxito en el Atlético de Madrid, parecía que llegaría su retiro en el Mérida, como referencia del proyecto de Primera División. Lesionado en un encuentro de pretemporada en San Fernando tras una entrada a destiempo de un jugador andaluz, no llegó a jugar. Se retiró, fue ayudante tanto de Sergio Kresic como de Jorge D´Alessandro y comenzó a prepararse para ser primer técnico, su verdadero reto en la actualidad

Adjunto a la secretaría técnica del Atlético de Madrid con su inseperable Paolo Futre, salió del club para buscarse la vida. Ya tiene nivel 2 --puede entrenar en Tercera-- y pronto tendrá el 3, el máximo, que es su objetivo.

Ahora, si no hay sorpresas de última hora, será el entrenador del nuevo proyecto del Cacereño, pero sobre todo insuflará otro aire al actualmente viciado del Príncipe Felipe. Vuelve Manolo, vuelve la ilusión futbolística a Cáceres.