Manuel Hurtado empieza a torturarse imaginando el partido de mañana contra el Illescas sin su último refuerzo, Wayne Simien. Sería el tercer encuentro seguido sin dos extracomunitarios. En la presentación del jugador, el entrenador del Cáceres 2016 apuntó que la negociación con Harper Williams para que rescinda su contrato y ceda su plaza de extracomunitario está "abierta" y que espera "un acuerdo en horas", pero la realidad es que los días pasan y no hay acuerdo ni muchos visos de que se produzca.

"Si Harper no tiene predisposición, Wayne no podrá ser inscrito para jugar contra el Illescas", reconoció Hurtado, poniendo de relieve que "habría que ir menos fuerte en este partido" antes de que, ya con el expediente disciplinario de Williams resuelto, la Federación España pudiese dar ficha de oficio a Simien la semana que viene. "Hemos intentado ser justos y limpios con Harper y por eso le hemos dado un periodo de alegaciones. Aquí ha sido muy bien tratado cuando estaba prácticamente retirado. Esperamos que él lo entienda, pero sus faltas han sido muy graves", remarcó el técnico.

ILUSIONADO A su lado, Simien no debía enterarse de toda esta controversia, pese a su intención de integrarse desde el primer momento. "Hola, ¿cómo estáis? Me llamo Wayne Simien y estoy contento de estar aquí", chapurreó en español. "Mi objetivo al venir aquí para ser lo mejor posible para el equipo. Aaron Miles --exjugador del Cajasol y excompañero suyo en Kansas-- me ha hablado muy bien de cómo se juega y se vive en España. Me siento bien físicamente, pero aún con algo de jet-lag . La ciudad me ha parecido magnífica, he podido pasear por el centro y me ha gustado mucho", indicó.

Una anécdota rosa : si todo va bien, la segunda hija de Simien será ´española´. En Cáceres le acompaña su mujer, Katie, que creció en la base americana de Rota y ahora está embarazada.