Cinco años con más frustraciones que alegrías. Cinco años de polémicas, con un total de nueve entrenadores en el banquillo, con decenas de jugadores, con cada vez menos público en el Príncipe Felipe. Así ha sido el lustro que ha transcurrido desde que Félix Campo se hizo con la presidencia del Cacereño y, poco después, con su propiedad omnímoda y casi absoluta.