En Los Barrios acaban de renovar al entrenador, Quino Salvo. En el Melilla están en periodo electoral y manejan a más de un candidato a la presidencia; en Plasencia ya diseñan el futuro equipo. Son ejemplos de movimientos en la Liga LEB, una categoría en la que, tras la eliminación ante el Fuenlabrada y el anuncio de marcha de la directiva, el Cáceres está parado .

No ha bastado una notable campaña deportiva; ni que, pese a los problemas prensa-directiva por la cuantificación de los espectadores, el Multiusos sea una de las canchas con mejor promedio de asistencia. En el Cáceres y en Cáceres nadie mueve ficha y las previsiones no pueden ser más pesimistas. "Si no somos capaces ni siquiera mantener un equipo en la LEB, apaga y vámonos", decía ayer un significado aficionado verdinegro. Los propios responsables de la entidad, sin decirlo en voz alta, no piensan de manera muy distinta y parecen casi resignados: la sombra de la venta de los derechos en la categoría sigue acechando al club extremeño.

EMOTIVIDAD La mayor parte de los jugadores tienen claro que no volverán, según han reconocido ellos mismos porque ni siquiera ven con optimismo la continuidad del club. Algunos, como Juanmi Morales, exteriorizaron tras el último choque ante el Fuenlabrada su emoción. El capitán, además, volvió a ser de los más emotivos en la comida de despedida en Torrequemada.

El verdinegrismo militante mira con cierta desazón lo que ocurre en el ámbito LEB: hay clubs como el propio Los Barrios que tienen casi 1.200.000 euros de subvención (alrededor de 200 millones de pesetas).

También está bastante claro que el técnico, Ñete Bohigas, está lejos de seguir peleando el proyecto por la vía personal (él mismo ha sido uno de los avalistas). El entrenador, que ayer se desplazó a Chinchón (Madrid) para participar en un cónclave técnico federativo (él es seleccionador cadete), maneja varias ofertas y su futuro puede estar, incluso, en un club de la Liga ACB, ya que su trabajo está siendo unánimemente alabado.