Tiene que ser terrible prepararte a conciencia, entrenarte sin pausa para alcanzar tu gran objetivo y ver que no te van las piernas. Luego no te explicas por qué el "mal día", como dijo Joane Somarriba, llegó precisamente durante el gran día, en el que perseguía una medalla en la contrarreloj como colofón a una enorme carrera. Repitió el puesto de la prueba en línea, el séptimo, pero con mayor amargura.

A la ciclista vizcaína, de 32 años, la escasa media hora que estuvo sobre la bici le resultó una tortura. El paseo de Vouliagmeni, a unos 30 kilómetros de Atenas, se le convirtió en un via crucis. Porque nunca se vio capaz de "lanzar la bicicleta", de mover a su gusto el desarrollo de 54 dientes en el plato grande y 11 en el piñón más pequeño.

Era un circuito de potencia que bordeaba la playa, en un viaje de ida y vuelta de 24 kilómetros, sin que el viento se convirtiera en una molestia para una contrarrelojista liviana como ella. Era un valor seguro, como última campeona del mundo, y allí estaban de espectadores la reina Sofía y los duques de Palma. Pero Joane cayó en el pozo de las dudas desde el sábado anterior, desde la última vuelta de la prueba en línea, en la que sólo resistió por "pundonor y garra". Las "sensaciones" no eran las mejores y se confirmaron. Venció Leontien Van Moorsel.

LOS CHICOS Igor González de Galdeano y José Iván Gutiérrez quedaron lejos del podio, con un noveno y un decimosexto puesto, respectivamente. Galdeano marcó el mejor tiempo hasta que llegaron los favoritos y acabó a 1.55 del ganador, el estadounidense Tyler Hamilton.