FINLANDIA: Niemi; Pasanen, Hyypia (Tihinen m. 46), Kuivasto, Kallio; Kolkka (Lampi m. 75), Roman Eremenko, Riihilahti (Nurmela. 46), Vayrynen (Llola m. 83); Kuqi (A. Eremenko m. 65) y Johansson.

ESPAÑA: Reina; Sergio Ramos, Pablo, Puyol (Marchena m. 46), Pernía; Angulo (Joaquín m. 55), Albelda, Iniesta (Xavi m. 46), Riera; Silva (Tamudo m. 55) y Luis García (Cesc m. 72).

ARBITRO: Stephan Bre (FRA).

INCIDENCIAS: España jugó con el uniforme titular con camiseta roja y calzón azul. La Federación Finlandesa celebró su centenario con el partido amistoso ante la escuadra de Aragonés.

España concluyó su periplo por Escandinavia con sopor, pero con la satisfacción de la misión cumplida tras ganar el pasado sábado a Dinamarca, con lo que puso pie y medio en la próxima Eurocopa, y empatar ante Finlandia en una cita que resultó un trámite insufrible bajo el frío de Helsinki.

El partido carecía de interés. Después de superada la batalla de Aarhus para los de Luis Aragonés el envite ante los finlandeses suponía un engorro, pero el acuerdo al que ambas federaciones llegaron hace dos años obligó a la disputa del mismo.

Como estaba previsto, el técnico español puso en práctica las rotaciones y dio paso en el once titular a ocho de los futbolistas que no habían actuado ante los daneses. Sólo repitieron Ramos, Iniesta y Albelda.

RIVAL DE ENJUNDIA Para Finlandia, la cita era especial. Con el partido, la Federación del país cerraba los actos del centenario de su selección y para la ocasión buscaron a un rival de enjundia.

Los nórdicos pusieron ganas, pero evidenciaron una falta total de aptitud técnica. Son un combinado de la segunda división europea, muy lejos de los básicos y fundamentos futbolísticos.

A España le ocurrió lo contrario. El equipo de Aragonés posee esos principios y está en la elite del fútbol del Viejo Continente, pero se tomó el envite con desgana, como si fuese el ´partidillo´ de los miércoles, una categoría por debajo de la condición de amistoso.

Con esos ingredientes no se podía esperar algo diferente a lo que se vio. Un horror. Como muestra, un dato: en la primera mitad sólo se registró un disparo a puerta, el que firmó Albert Riera en el minuto 28.

En la segunda, Luis comenzó su carrusel de cambios para poner en práctica las llamadas dosificaciones, teniendo en cuenta que el sábado regresa la Liga.

Pero la tónica siguió siendo la misma. Para España estaba claro el objetivo. Se trataba sólo de dejar pasar los minutos sin problemas ni lesiones y, a ser posible, anotar algún tanto que le concediese le victoria, con prioridad para lo primero.

Mientras, Finlandia seguía a lo suyo, que no era otra que recrearse en su exagerada debilidad. Por lo visto en el mítico estadio Olímpico de Helsinki, inaugurado en 1952 para los Juegos Olímpicos de verano, resulta difícil aceptar que los finlandeses todavía tienen opciones de clasificarse para la próxima Eurocopa.

SEGUNDO DISPARO A PUERTA En el minuto 63 se produjo el segundo disparo a puerta del encuentro. Pernía lanzó una falta cerca del área rival y el balón fue despejado a saque de esquina por el cancerbero Antti Niemi.

Pudo Luis García anotar poco después, en otro disparo que volvió a sacar con brillantez el portero finlandés y Riera estrelló un balón en el poste en el minuto 81. Sin demasiado esfuerzo, se intuía que España podía anotar el tanto de la victoria. Pero no llegó y todos se fueron contentos. Los locales no perdieron en su centenario y España regresa sin lastimados.

Los de Luis tuvieron el balón y mostraron la misma filosofía del sábado, aunque con otros actores. Otra vez el juego de toque, pero esta vez insulso, horizontal y, por tanto, aburrido.