Donington no es mal sitio para hacer historia. Al fin y al cabo, todos dicen que Inglaterra es el país del motor. Más bien de la F-1. En motos, cierto, tienen tradición pero hasta ayer, día en que triunfó el jovencísimo Scott Redding (Aprilia) y se convirtió en el vencedor de un GP más joven de la historia en sustitución del ahora denostado Marco Melandri, no se comían un rosco. A Redding, promovido también por la academia de Alberto Puig, para quien corrió en el 2006, le siguió a rebufo el aún más joven Marc Márquez (KTM). El diablillo de Cervera (Lleida) alcanzó su primer podio mundialista (acabó tercero en 125cc) y le arrebató a Dani Pedrosa el récord de ser el español más joven en conquistar un cajón.

Donington, que albergó a 88.831 apasionados aficionados, conoció, por otro lado, dos triunfos muy comunes. Tal y como estaba previsto, Casey Stoner (Ducati), el campeón actual, arrasó en MotoGP, dejando las migajas para Valentino Rossi (Yamaha) y Pedrosa. Resultado: Rossi, 162 puntos; Pedrosa, 151 y Stoner, 117 y subiendo. Y Mika Kallio (KTM) venció gracias a un nuevo choque, en la última vuelta de dos y medio, entre, cómo no, Alvaro Bautista (Aprilia) y Marco Simoncelli (Gilera), que dominaban a placer la carrera.

TODO DEMASIADO FACIL No llovió, así que no hubo excusas. No les habrían servido de nada a los rivales de Bridgestoner. El australiano fue muy rápido, más de medio segundo que los demás en seco y en mojado, el viernes y el sábado. Y hasta el domingo a primera hora. Stoner ganó todos los entrenamientos que hubo. Y, en carrera, apagaron las luces y, como Pedrosa en Montmeló, se fue, dejando el colín de su Ducati como referencia para los demás.

Los demás fueron dos, claro, Rossi y Pedrosa, que pelearon por la plata, ¡por fin!, con un hermoso duelo que, en efecto, duró solo tres o cuatro vueltas pero en los que ambos sabían que se jugaban mucho. Acabó ganando el Doctor por tres adelantamientos a dos y, posiblemente, eso fue lo que más le dolió a Pedrosa, que cruzó la meta golpeando, eso sí, sin mala leche, el depósito de su Honda RC212V.

Con todos los focos, ayer, hoy y el próximo sábado en Assen (Holanda), sobre los tres favoritos, nadie se fijó en el carrerón que hizo el cuarto mosquetero, Jorge Lorenzo, el muchacho que admiró al mundo en un arranque portentoso, triunfal y refrescante y que, desde que se lesionó, ha pasado a dudar hasta de sí mismo. "Si le tienes miedo a la moto --dijo el sábado--, te pasan todos".

Nada de eso ocurrió ayer. El bicampeón mallorquín, que salía por vez primera en su vida desde la última fila, superó a seis pilotos en la primera curva y se vistió de Supermán, volando bajito sobre el asfalto inglés, superando a once rivales y saboreando el mejor sexto lugar de su vida. "Este bajón de moral y este resurgir en carrera me sirve para pedirle a aquellos que dudan, que sean valientes, que no duden, que jamás lancen la toalla y que jamás pierdan la alegria de vivir. Ha sido una experiencia enriquecedora que, espero, me sirva para volver a pelear por el podio en Assen, circuito que amo".

KALLIO, CON LA CAÑA El finlandés ha visto que Simoncelli y Bautista están dispuestos a regalarle el título con sus piques absurdos. Buena gente, sí; grandes pilotos, tal vez; pero, de momento, simples aprendices de campeones. Ayer, cuando tenían bloqueadas las dos primeras posiciones de la prueba de 250cc y habían relegado al lider del Mundial a la tercera plaza, chocaron y le regalaron la victoria. Y Kallio se partió de risa.