Las grandes ilusiones creadas por Santi Pérez, segundo clasificado y gran revelación de la Vuelta, se esfumaron ayer de golpe cuando se confirmó que había dado positivo por una transfusión sanguínea. La infracción apareció en un análisis sorpresa de obligado cumplimiento que Pérez tuvo que realizar en Lausana. Se enfrenta ahora a una sanción de dos años y a ser desposeído del segundo puesto y las tres victorias de etapa en la Vuelta.

La acción de la Agencia Mundial Antidopaje, en colaboración con los laboratorios de la Unión Ciclista Internacional, comenzó en la Vuelta, donde Pérez no dio positivo, pero sí presentó valores sospechosos. Por esta razón, fue convocado a principios de mes en Lausana. La noticia, adelantada el sábado por Marca , fue confirmada ayer por fuentes oficiales, que aseguraron que no había dudas en que el corredor había hecho uso de una transfusión ilegal para mejorar su rendimiento. "Los inspectores antidopaje detectaron en la Vuelta valores anormales. Por esta razón, a principios de octubre, se le exigió que se sometiera a un examen complementario, donde ha aparecido el positivo. El contranálisis también ha detectado la transfusión", explicó ayer una fuente de solvencia.

LA DEFENSA El corredor alega que no estuvo presente en el contranálisis, por lo que ha podido haber un problema de procedimiento. "La UCI realiza el contranálisis automáticamente tras detectarse un positivo por transfusión. No hay lugar a la queja", añadió el mismo portavoz. Pérez ha utilizado el mismo sistema que Tyler Hamilton, su jefe de filas en el Phonak.