Noruega, la defensora del título y campeona olímpica, hizo valer en la final del Europeo de balonmano femenino de Macedonia su espectacular potencial, su condición de gran favorita, ante una España que soñó media hora y que, aunque se hundió en la segunda parte, firmó con una brillante plata la mejor actuación de su historia.

La derrota en el encuentro definitivo en el pabellón Boris Trajkovski, por un contundente 34-21, no empaña la gran labor del conjunto de Jorge Dueñas en una competición para el recuerdo, que arrancó con un esperanzador empate precisamente ante Noruega y cerró con una derrota a la postre demasiado amplia para el buen trabajo hecho durante la primera mitad.

Y es que España planteó dura batalla a las nórdicas en varias fases de la primera parte, tanto que el sueño dorado pareció encontrar fundamento (13-12 al descanso).