Una Suiza sensiblemente mermada por las ausencias, amarrada a la inspiración de una raqueta discreta, Marco Chiudinelli, 137 del mundo, y a un jugador de medio pelo, Stephane Bohli, 278 del ránking, mantiene en jaque al equipo de España, incapaz de encarrilar la eliminatoria tras la primera jornada a pesar de la baja a última hora de Rafael Nadal.

El enfrentamiento se encuentra equilibrado. Una victoria para Suiza, gracias al meritorio triunfo conseguido por Chiudinelli frente a Fernando Verdasco, sustituto del balear (6-3, 6-4, 3-6 y 7-6 (2)). Igualado después por David Ferrer, que venció sin sobresaltos a Bohli, que afrontó el tramo final del choque a duras penas. Dolorido por los calambres (6-3, 6-2 y 6-2).

Suiza perdió en la víspera, una vez determinado el sorteo, a su raqueta más reputada en la ausencia de Roger Federer. Stanislas Wawrinka, en un entrenamiento, sufrió una rotura del ligamento lateral interno de su rodilla derecha.

El panorama se equiparó minutos antes de la apertura del duelo. Cuando Nadal interrumpió su calentamiento con un dolor en el muslo de su pierna derecha. Verdasco, que descansaba en su habitación después de ensayar el dobles con Feliciano López, fue advertido precipitadamente de la opción de jugar.

Superado Verdasco fue desbordado por su rival, un jugador que apenas cuenta en los torneos. A la sombra de Roger Federer y Wawrinka ha sido siempre un comparsa.

Con la eliminatoria en contra llegó el turno de David Ferrer. La distancia que le separa con Bohli es gigantesca. No hubo sorpresa y el alicantino relativizó el batacazo de su compañero. En menos de dos horas solventó el compromiso y enmendó el panorama de España. No aprovechó su momento de gloria la raqueta de Ginebra, último recurso del conjunto helvético. Parte del cuarteto helvético por la ausencia de Federer y Bastl, la desgracia de Wawrinka y la inexperiencia absoluta. No disimuló sus carencias el tenista local, de veintitrés años, y cayó con estrépito.

Hoy, en el doble, puede estar el punto clave del duelo.