Su entrenador, Ismael Díaz, le define como un jugador con "mucho talento, con buena visión de juego y muy temperamental, que se autoexige a veces demasiado". El mismo, Emilio Rosa (Cáceres, 18-3-83), como "técnicamente bueno" y, utilizando la misma expresión del técnico, "con buena visión de juego".

La coincidencia entre técnico y futbolista ha apadrinado el debut del joven canterano en el club de su ciudad. Aunque ya había ido citado el domingo anterior, en Motril, ante el Torredonjimeno ya fue titular. "Me lo dijo el entrenador el sábado, y llamé a mi madre, a mis amigos, a mi novia...". Fue una noticia ampliamente celebrada por este joven atrevido, salido de la prolífica cantera del colegio Diocesano, que ha jugado en la AD Extremadura de fútbol sala y que, tras dos años en los juveniles y uno de cesión al Badajoz de División de Honor juvenil, se ha hecho un hueco en el primer equipo verde, que compatilizará con el filial de Preferente.

IMPACIENTE

"Quiero ser futbolista", proclama Emilio, a quien Ismael Díaz ha recomendado "más tranquilidad; a veces le pierde la motivación y él tiene que ser más paciente". Lo dice un técnico que sabe que tiene en él a una perla por pulir. "Ahora tiene que jugar minutos en Segunda B y aprender, aunque yo creo que tiene muchas condiciones".

Emilio no jugó en el puesto que mejor se le da, el de media punta, "entre líneas", que Ismael Díaz cree que es el que más se adapta a sus características. Sin embargo, está contento con su rendimiento y, sobre todo, "su atrevimiento".

"Nos ha dicho que todos podemos ser titulares, y no sólo por la edad", asegura Emilio sobre los ánimos que le ha dado el entrenador asturiano del Cacereño. El parece no inmutarse y afirma que durante su debut "no me encontré nervioso; el día anterior sí".

Simpatizante del Atlético, sueña primero con ser alguien en el Cacereño. Después, con dar el salto a algún grande . Pero no tiene prisas. "Ahora lo mejor será ir cogiendo minutos en el primer equipo del Cacereño". Luego, el tiempo lo dirá.