Ronaldinha les parece un bluff que "sólo vale para hacer anuncios", afirma Raquel; pasan de Marigol ; ponen a caldo al Ayuntamiento de Mérida porque dicen "no nos ayuda nada"; y están convencidas de que no van a la selección porque alguien les han puesto una cruz --"bien grande"-- por ser del Corderex. Eso sí, también reconocen que cuando entrenan son un poco perrinas .

Tamara y Raquel no se muerden la lengua pese --o quizás por esto-- a su juventud. Con 20 y 18 años respectivamente, se han codeado con lo mejorcito del fútbol femenino nacional en la Superliga cuando apenas tenían fuerza para pegarle al balón y, ahora, en Primera, buscan la manera de volver a la élite. Con o sin el Corderex.

Entre las dos llevan 50 goles (ayer hicieron 2 y 3 en la victoria 1-8 ante el Estudiantes B) que, "no son ni muchos ni pocos", según Raquel pero que son suficientes para Tamara que, como Ronaldo con la prensa, hace una apuesta con su entrenador Jesús Hueso sobre los goles a marcar. "Dije que marcaría 30 y, a falta de cuatro partidos y la liguilla de ascenso, llevo 29. Está hecho", añade.

Volver a la élite

Tras su paso por la Superliga, el Corderex bajó el año pasado a Primera División, categoría de la que es líder. Y aunque como Raquel muchos pensaban que "iba a ser más fácil", después de un inicio flojo al final han conseguido estar arriba y disfrutar más del fútbol. "En esta categoría nos divertimos más. No sólo porque ganamos. Aquí se sale más a jugar que en la Superliga", afirma Tamara que, como los grandes goleadores, tiene su celebración particular. "Me señalo el número 7, el que debería llevar en la selección".