Adolfo Gómez Díaz (Cáceres, 1959) cumple su segundo año al frente del CV Arroyo de la Luz, club que milita en Primera Nacional Femenina, y a pesar de contar con uno de los presupuestos más humildes y de haber sufrido varias lesiones desde comienzos de campaña, ha logrado consolidar al equipo en el octavo puesto.

Con su notable marcha deportiva, Gómez y sus chicas han hecho realidad que el voleibol en esta localidad cacereña haya pasado a convertirse en un hecho social, cuando los domingos por las mañanas más de 300 personas se dan cita en el Pabellón.

Tras cerca de 20 años entrando a clubs masculinos, tanto en Primera como en División de Honor, Gómez reconoce que una de las diferencias a la hora de entrenar a chicos y chicas "estriba sobre todo en el aspecto psicológico". "No puedes, o no debes, anteponer el mensaje en sí a las formas, es mucho más práctico y aconsejable dirigirte a ellas con más tacto", dice.

"La condición física también es un aspecto diferenciador; es evidente, el chico asume mejor la carga de trabajo y está más preparado para ello, aunque a veces la capacidad de sacrificio puede ser mayor en las féminas".