Aún sigue Juan Pablo Márquez, entrenador del Extremadura Plasencia Galco, digiriendo su segunda derrota de la temporada. En Logroño se cometieron errores que al técnico, tras ver el partido en frío, le están sirviendo para sacar conclusiones de cara al gran duelo del fin de semana ante el Akasvayu Vic: "En La Rioja no tuvimos mucha capacidad defensiva, tuvimos mala selección de tiro y por primera vez las bajas por lesiones nos pasaron factura", comenta Márquez. No se arrepiente el técnico de haber hecho debutar al base americano Brock Gillespie, a pesar de no haber completado ni un solo entrenamiento con el equipo: "Tuvimos que tomar esta decisión viendo las circunstancias del partido, Quique Suárez no estaba y estábamos sin poder penetrador. El hecho que fuera Rubén Ibeas quien hiciera labores de base durante muchos minutos fue porque eso es lo que habíamos trabajado durante la semana, que fue muy dura y complicada para nosotros por el cúmulo de bajas".

Del rendimiento de Gillespie no quiere valorarlo aún, aunque espera que pronto entre en la dinámica. Tampoco quiere observar el futuro en pensar si se quedará en la plantilla tras los dos meses de cesión por parte del Lleida: "en el tema contractual no entro, es cosa de la directiva", comentó.

A LA ESPERA La lesión de Suárez --fisura en una vértebra-- lleva consigo un periodo de descanso, no existe otra manera de recuperación. Su regreso será cuando remitan los dolores. Es de la misma naturaleza que la sufrida por Mark Zoller, que a pesar de salir del pabellón de Logroño protegido con hielo todo hace presagiar que estará en condiciones para el sábado.

Para Márquez es un partido importantísimo ya que "sería muy peligroso encadenar dos derrotas consecutivas. Ellos por potencial y clasificación son el rival más peligroso que ha visitado La Bombonera". Por esto considera vital el apoyo del público: "Hemos pinchado una rueda subiendo los Pirineos, no queremos pinchar la otra, y necesitamos que nuestro público nos arrope y nos empuje como nunca".