La Segunda División B y la Tercera División son categorías condenadas a cambiar, al menos en su estructura, para atraer a más público. De no ser así, la cuesta abajo seguirá su curso y la amenaza de deserción total creciendo hasta límites casi absolutos. La mayoría de los clubs se queja de la escasa afición que va a los partidos y se buscan fórmulas para ganarse la confianza de más fieles. Muchos han cambiado los horarios y, con la excusa del fútbol nacional televisado, han puesto los partidos en la mañana de los domingos. La fórmula no ha estado mal para algunos. Y creo que todos van a tener que hacer lo mismo, visto lo visto. Por aquello de las ´obligaciones´ que impone la tele, el Real Madrid está jugando últimamente a las cinco de la tarde de los domingos. Y como, desgraciadamente, a los extremeños les interesan más los encuentros del histórico club que los de su propia localidad, resulta que estamos condicionados, que a esa hora en los campos extremeños no hay nadie. Es así, nos guste o no, lo cual no deja de ser bastante triste.