ARROYO - 1: Facundo; Campins; Gasca; Alcalá; Carlos Tomás; Capo (Nando m.41); Armero (Barrancos m.81); Mauro; Chaco; Carlos Carrasco (Rojas m.68); Fran Minaya.

VILLANOVENSE - 1: Fuentes; Trinidad (Moraga m.69); Tapia; Cubi; Jair; Pajuelo (Espinar m.61); Anxo; Javi Sanchez; Carlos; Salva (Jairo m.74); José Angel.

GOLES: 1-0 m.3: Campins; 1-1 m.63: Espinar.

ARBITRO: Mario López Fernández (C. Madrileño). Amonestó a Mauro, Campins, Minaya y Facundo con amarilla, y Chacopino con roja directa por parte del Arroyo. Amarilla también para Trinidad, Anxo, Javi Sánchez y Jair del Villanovense.

El estadio Municipal de la Luz fue testigo de una mañana apasionante que enfrentó al Arroyo y el Villanovense (1-1). Un partido caliente el de este derbi extremeño, como no podía ser menos. El resultado dejó satisfechos a ambos conjuntos, aunque por diversas razones: los arroyanos por haber afrontado casi toda la segunda parte con un jugador menos, y los serones por haber conseguido el empate en un campo difícil.

Desde el pitido inicial, el Villanovense no se sintió cómodo. La razón es que el Arroyo saltó al césped muy enérgico y con la lección aprendida: una presión alta, no complicarse en defensa, hacer daño en las jugadas de estrategia, y lo más importante, dejarse la piel. Una de estas materias estudiadas por los pupilos de 'Pato' se manifestó a los tres minutos. Falta en el lateral del área. La bota Armero. El esférico cae justo donde se encuentra Campins, que empala el cuero con una magnífica volea ante la que Fuentes nada puede hacer. Gran recurso técnico del defensa para adelantar a su equipo.

GRAN COMIENZO Minuto tres y el Arroyo iba 1-0. La afición, eufórica, se relamía imaginándose lograr los tres puntos. Puntos que necesitan como el comer para salir de puestos de descenso.

Pero esto solo fue el comienzo de la batalla que quedaba por ver. Este inicio fulgurante animó al Arroyo, que dispuso de las mejores ocasiones del primer tiempo. Aunque el Villanovense no se achicó y a balón parado hizo mucho daño a los arroyanos. Fue muy superior en el juego aéreo, gracias en gran medida a su poderío físico, con jugadores más grandes y fuertes, pero no generó muchas ocasiones claras de gol.

Las jugadas de estrategia fueron la baza de ambos conjuntos para obtener la victoria. El balón jugado se perdió en una disputa física. Se vio un juego duro, con muchas interrupciones. Y en una de ellas, en el minuto 41, surgió otro problema más para el conjunto de Pato: Capo caía lesionado. Otro jugador más en una enfermería repleta que provoca que cada semana el entrenador deba reinventarse.

SEGUNDA PARTE El Villanovense salió como un tiro a por el rival. Buscaba revertir la situación. Jose Angel, en el primer minuto, mandó alto un pase de la muerte. Primer aviso de los serones. En los siguientes minutos discurrió la jugada que pudo ser clave para la resolución del partido. Una fea entrada de Chacopino a Tapia provocó que el colegiado le mostrara la roja directa. Fue una segada que derribó al jugador de Villanueva, que ante los improperios de la grada cuando esperaba en la banda a su reingreso en el terreno de juego se dirigió a los hinchas con un gesto con los dedos indicando que bajarían a Tercera. Fue una fea provocación.

La roja cambiaría el encuentro. El Arroyo, con uno menos, se temía lo peor. El Villanovense cada vez llegaba más y con más peligro. Pero el empate no llegó hasta el minuto 63, y a balón parado. Un saque de córner acabó en gol. El balón dio en Espinar, probablemente en la mano, y acabó dentro de la red. El jugador, que militó la temporada pasada en el conjunto ajedrezado y que marcó el tanto de la permanencia, en esta ocasión fue su verdugo.

El encuentro se ponía a favor de los chicos de Julio Cobos. Disponían de 25 minutos para romper el empate, pero la defensa local estuvo acertada, despejando todas las ocasiones de los serones, por lo que el marcador no se movió.

En los minutos finales llegó la jugada polémica del día. Rojas, que entró en la segunda parte, dentro del área y con el balón orientado para fusilar la meta rival, se vio derribado por Jair, que le cayó encima. Pero para el árbitro no fue nada, a pesar de las protestas del banquillo y la grada local.

El empate contentó a ambos conjuntos, después de un partido muy igualado. Fue justo el desenlace final.