Dejando de lado lo que pueda suceder en el Mundial de fútbol de Suráfrica, donde las selecciones capitaneadas por los dos cracks pueden llegar a converger a partir de cuartos de final, lo cierto es que el 2010 deparará otro gran duelo entre los futbolistas que en los dos últimos años han copado todas las distinciones. Si el 2008 fue el año de Cristiano Ronaldo, el 2009 ha sido de Messi, que se ha cansado de recolectar títulos individuales (entre ellos, los dos más prestigiosos: el Balón de Oro y el FIFA World Player). El argentino, pues, parte con ventaja en el año que empieza, pero deberá persistir para mantener a raya al ambicioso delantero de Madeira y, en el plano colectivo, para incrementar la increíble racha de seis copas consecutivas con otros títulos, entre ellos en la Liga y la Champions, las dos competiciones en las que el Madrid es un rival directo. La final de la Champions en el Bernabéu será el lugar donde dirimirán el tercer asalto por su supremacía. Pero no depende de ellos solamente, sino de sus compañeros. Es el gran aliciente de la temporada para el Barça y el Madrid. Pérez ha hecho una gran inversión para derrocar al equipo de Guardiola, que se ha granjeado la admiración mundial por su estilo.