Los fraudes deportivos acaban con el espíritu que debería imperar en las competiciones. Muy por encima del resultado están el juego limpio, las ganas de vencer o perder con la cabeza alta; en definitiva, ser un deportista. Expongo esto a modo de introducción porque me fastidia que se adulteren las competiciones, y más si son extremeñas. Lamentable lo que sucede, un año sí y otro también, en la Tercera División de fútbol. En el último cuarto de la temporada, más de un equipo se ha quedado sin objetivos. Y ello le da pie a despedir a varios de sus futbolistas, con lo cual la competitividad baja y se desvirtúa la competición. Ha ocurrido este año --y el pasado-- en el Moralo, con el agravante de que su presidente, Antonio Aldana, ha pasado a ser uno de los hombres de confianza del nuevo presidente de la Federación Extremeña, Juan de Dios Monterde. Casi al mismo tiempo, Aldana ha echado a ocho jugadores y ha sido nombrado vicepresidente de la federación territorial. ¿Qué les parece?