La imagen que inspira e ilustra este reportaje no tiene desperdicio: ¿qué hacen dos tipos hechos y derechos, de aproximadamente dos metros de estatura, jugando con pasión a los marcianitos en el recreativo de un centro comercial cacereño? Deon Thomas y Hurl Beechum demuestran con el momento su buena conexión fuera de la pista... y cuál es una de sus formas de llenar las numerosas horas de ocio que tiene un jugador de baloncesto profesional. El pívot y el alero norteamericano --aunque Beechum posea también pasaporte alemán-- son los dos máximos anotadores del Cáceres, aunque lo logran por caminos distintos y están siendo vistos por la afición de un modo completamente diferente.

Se desconoce el resultado de la partida de Thomas y Beechum pistola en mano , pero lo que sí son públicos son sus números sobre la cancha: 15,3 y 11,4 puntos de promedio, respectivamente, las cifras más altas de un equipo que se distingue por diversificar mucho sus opciones de ataque. Ferrán López está en 9,5, Dani García en 8,4 y Vlado Petrovic en 7,7.

Thomas es la sobriedad, el valor seguro. No deja de sorprender su elasticidad y calidad jugando en el poste bajo, pese a que su estado físico no sea el de antaño. Su rendimiento podría incluso crecer con Kevin Thompson a su lado. Anota un 54% de sus tiros y captura cada partido 5,6 rebotes bajo los tableros.

Beechum, por el contrario, es totalmente impredecible. Triplista compulsivo, últimamente ha alternado dos partidos en los que ni siquiera ha anotado con otro, frente al Breogán, en el que alcanzó los 33 puntos, la mejor marca en el Cáceres en los últimos años. Es el jugador de la Liga ACB que más tiros de tres ha lanzado en lo que va de temporada --siete por choque, con un máximo de 19 (!)--, acreditando un porcentaje más bien gris (34%, casi ocho puntos por debajo de lo que acreditaba en Alemania). En todo caso, aspira a acabar la campaña como mejor bombardero de la competición: sus 36 triples anotados sólo los supera de momento el escolta del Aunacable Canarias Jason Klein (37).

DISTINTA VISION

Con estas credenciales, el aficionado medio adora a Thomas --nadie se atreve a reprocharle que una vez se negase a entrenar porque no había cobrado-- y mira con lupa a Beechum, que el pasado viernes ante el DKV Joventut se llevó una pitada por lanzar un triple sin posición nada más saltar a la pista. La cuestión es que gran parte de la suerte del Cáceres esta temporada dependerá de que uno se mantenga en su línea y el otro adquiera un poco más de regularidad. De momento, Thomas, al igual que hizo con Bobby Martin, cuida de Beechum a la espera de que éste cumpla mejor con las expectativas que había levantado.