Deon Thomas sigue atrincherado en su casa y se mantiene esperanzado en continuar jugando en el Cáceres, aunque siempre después de que se le ponga al día de pago. Ayer se confesó especialmente triste dentro de los difíciles días que está viviendo. "Estoy muy mal. Me hubiese gustado ayudar a mis amigos, pero no he podido. El club no me ha dicho nada para solucionarlo", declaró a este diario por la tarde.

El jugador estuvo pendiente de lo que ocurría en el encuentro frente al Fórum y después habló con algunos de los que hasta ahora han sido sus compañeros, que le relataron las circunstancias de la derrota. "Yo quería jugar. Me encanta la gente de Cáceres y estoy cómodo en la ciudad, pero tengo que cobrar por trabajar. Mi familia tiene que comer", añadió.

Aseguró no tener ofertas y que desconoce la normativa de la Liga ACB, que le impide jugar en otro equipo español. "Si no se arregla esto, tendré que ir a otro sitio a jugar", anunció.