Si hay una persona que tiene ojo a la hora de descubrir futuros valores es Àngel Edo, el antiguo velocista de Gavà y el descubridor de buena parte de lo más dorado entre los jóvenes que ruedan en bici por las carreteras españolas. Él vio a Marc Soler por Vilanova i la Geltrú y también a Iván García Cortina por los alrededores de Gijón, donde ayer terminó la etapa, donde ayer este joven asturiano estuvo cerca de convertirse en el primer español que gana una etapa en esta edición de la Vuelta, controlada por Froome, animada por Contador (de nuevo volvió a atacar) y que hoy asciende al Angliru, el último obstáculo antes de las plácidas calles de Madrid. Cortina buscó la victoria en Gijón, en la última jornada de fuga consentida, primero en solitario y luego entre los supervivientes de una escapada que casi parecía un mediano pelotón, pero el triunfo correspondió a Thomas de Gent.