Como diría el añorado Andrés Montes, llegadas estas fechas "es tiempo de playoff, tiempo para los jugones". Como en muchas otras frases que este genial periodista deportivo puso de moda, ésta es un fiel reflejo de la realidad baloncestística. Han llegado los playoff y es momento de olvidarse de todo lo pasado hasta llegar aquí. Toca disfrutar y darlo todo, dejando a un lado las posibles excusas, dolores y problemas físicos propios de esta altura de temporada, de rencillas entre afición y jugadores para luchar todos juntos por cada punto de la eliminatoria. Es decir: es tiempo de los jugones.

Es en esta fase final cuando los jugadores importantes dan un paso al frente y asumen la responsabilidad de tirar del carro, de echarse el equipo a las espaldas y guiar a sus compañeros hacia la victoria. Es habitual ahora ver como algún jugador, que durante la temporada no ha jugado de acuerdo a la calidad que se le presupone, incrementa su nivel. Por el contrario es también frecuente ver como algunos no pueden con la presión y bajan su rendimiento.

Hay varios factores que influyen de manera decisiva a la hora de jugar las eliminatorias decisivas por el ascenso: motivación, forma física, dinámica del equipo, etcétera... Los equipos se conocen al detalle, y apenas hay tiempo para incluir un sistema ofensivo o defensivo, que como mucho servirá de factor sorpresa en el primer partido. Los encuentros, especialmente entre equipos de similar nivel, se deciden por pequeños detalles. Son los jugones de cada equipo, esos que toman las responsabilidad y no les quema el balón en los momentos importantes, quienes van a decidir. El Cáceres 2016 tiene varios en sus filas. Espero y deseo que en estas eliminatorias saquen todo su potencial y nos lleven a la siguiente ronda.