Ronaldinho y Guti, dos futbolistas que venían siendo fundamentales en el juego del Barcelona y del Real Madrid, han pasado de ser indiscutibles a prescindibles, de insustituibles a suplentes, y serán dos de las incógnitas del clásico del domingo.

A falta de seis días para la disputa del que probablemente es el mejor partido que se puede ver ahora en Europa, la presencia de estos dos futbolistas no es en absoluto segura.

Ronaldinho vio el partido de Mestalla desde el banquillo y ni si tan siquiera calentó. Otra cosa es si Rijkaard se va a atrever a dejar a su estrella caída como reserva ante el Madrid. Messi no jugará y esté bien, regular o mal, Ronaldinho es de los que siempre tienen alguna genialidad. El que también ha perdido su sitio es Guti. Por primera vez en mucho tiempo, fue incluido en el equipo titular desde el inicio de temporada por Schuster. Pero la expulsión en Murcia, donde vio tarjeta roja por propinar una patada a un contrario, enfadado por haber recibido una falta, le ha devuelto al banquillo.

Sin el centrocampista madrileño, el juego del Madrid es otra cosa: no genera peligro, no es dominador, no hay pases de gol imposibles y condiciona el éxito de las jugadas de ataque a la inspiración individual.