El día después fue duro para muchos aficionados del Cáceres. Casi todos ellos pensaban que llegaría el momento del descenso, y sólo unos pocos mantenían la esperanza de un milagro que no llegó. Ni la Virgen de la Montaña ni la fe de alguno, que incluso se había apostado una cantidad respetable, han servido de mucho.

Con el abatimiento y la moral en las uñas de los aficionados, en todos ellos ha surgido ya la pregunta: ¿Y ahora, qué? El futuro está en el aire, más que nunca, después de que el club esté inmerso en la ampliación de capital de 2,4 millones de euros (400 millones de pesetas).

El clima no es el más propicio para que se llegue al objetivo de alargar la vida del club en la LEB. No cumplir con la ampliación conllevaría a la desaparición definitiva de la entidad. No habría ni LEB, ni LEB-2 ni EBA, lo cual supondría una catástrofe deportiva que no se ha vivido siquiera en los clubs extremeños que han militado en Primera División, Extremadura y Mérida. Los problemas económicos, más graves incluso que los de la entidad de baloncesto, no impidieron militar a ambos en una categoría inferior en la siguiente campaña disputada.

BERMEJO LO ASUME

Muchas miradas están ahora centradas sobre José María Bermejo, el presidente del ascenso y, desde el sábado, también el presidente del descenso. El mismo ha reconocido que su regreso hace un año no ha solucionado ninguno de los males de una entidad que ya abandonó en 1998 en una situación crítica. Ahora ya ha sugerido que volverá a hacerlo. Su desencuentro con varios de los empresarios que formaron parte del inicio del proyecto y que le antecedieron en el poder en el club tampoco ayudará a la ampliación. La situación está tan confusa en Cáceres que no sería descartable el nacimiento de una nueva entidad que empezase de cero, desde abajo, en la Liga EBA o, siendo optimistas, en la LEB-2. La idea, basada en aprovechar el poso y las estructuras que han quedado de estos años en lo más alto, ya está sobre la mesa de algunos notables del baloncesto local.

Y las reacciones, como las que se incluyen en las páginas siguientes, se han sucedido en las últimas horas. El actual entrenador del DKV Joventut y extécnico del Cáceres, Manel Comas, valoró ayer, tras acabar el partido que le enfrentó a los cacereños, el descenso. "Es una mala noticia para todo el baloncesto español", dijo.

"Lo siento por la ciudad, la afición y, muy especialmente, por su presidente José María Bermejo, al que algunas personas le han dejado más tirado que una colilla después de haberle prometido ayuda económica para mantener el equipo", aseguró el entrenador barcelonés.

Mientras tanto, Manuel Hussein, entrenador del conjunto cacereño, apuntó que el equipo se encuentra "muy jodido por el descenso". El canario analizó: "El periodo de reflexión de por qué este descenso debe empezar a partir de ahora, aunque está claro que no hemos podido suplir con garantías las bajas de Deon Thomas y Vladimir Petrovic, dos jugadores de cinco inicial al inicio de temporada".