Tenerife B - 3: Arellano; Villar, Natael, Moreno, Jesús (Guayo, 72I); Juan Ramón, Alexis (Germán, 78I), De Dios, Omar (Oscar, 63I); Airam, Rosquete.

Cerro de Reyes - 0: Manu (Arturo, 46I); Gabi, Parra, Rodolfo, Manu II; Jose, José María, Tino (Arévalo, 71I), Golo (Cristo, 80I), Nauzet; Enzo Noir.

Goles: 1-0 (45I): Alexis. 2-0 (85I): Airam, de penalti. 3-0 (87I): Oscar.

Arbitro: Cuesta Ferreiro (Colegio madrileño). Tarjetas amarillas a Natael; Manu II, Rodolfo, Arévalo, Noir y Parra (dos, expulsado en el 74I). Tarjeta roja a Gabi (44I)

Incidencias: Encuentro correspondiente a la segunda jornada del grupo II de Segunda División B disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante la presencia de 1.200 espectadores.

El Cerro de Reyes vivió en el Heliodoro Rodríguez López uno de esos partidos en los que todo sale mal y encima las cosas son susceptibles de empeorar conforme avanzan los minutos. Los pacenses se fueron con un excesivo castigo de la isla después de haber tenido que afrontar múltiples vicisitudes relativas desde que arrancó el encuentro. Todavía no han conseguido puntuar.

Donde más está sufriendo el conjunto que dirige Faustino Bueno es en la línea defensiva. Sus hombres no acaban de coordinar bien sus movimientos y ceden demasiados espacios a sus rivales. Para muestra, un botón. Aún no se había disputado el primer minuto del encuentro cuando Airam vio hueco para soltar un zapatazo que Manu tuvo que desviar a córner. El cancerbero de los blanquiazules tuvo que emplearse a fondo en los compases iniciales del partido.

El Cerro de Reyes estaba a merced de su rival. El centro del campo extremeño era incapaz de imponer su autoridad y le costaba demasiado trenzar alguna jugada que Enzo Noir pudiera aprovechar para inquietar a Arellano. El meta del Tenerife B apenas entró en juego en los primeros 45 minutos. Tan sólo tuvo que intervenir en un remate de cabeza de Noir que se marchó alto y un zapatazo lejano del mismo jugador.

A partir de ahí, dominio del Tenerife B otra vez. Los insulares pudieron adelantarse en el marcador cuando Rodolfo y Manu no se entendieron y el despeje del guardameta a punto estuvo de colarse en su propia portería tras rebotar el esférico en su defensor. El cancerbero del Cerro de Reyes no estaba en las mejores condiciones físicas, puesto que a los diez minutos de partido se lesionó en un hombro tras chocar con un compañero a la salida de un córner. Pero la puntilla para Manu llegó en el minuto 44. Gabi derribó a Airam cuando era el último hombre, por lo que fue expulsado. El delantero tinerfeño, por su parte, caía aparotasamente sobre el guardameta visitante, que, visiblemente conmocionado, encajó el 1-0 en la última jugada del primer tiempo. Tras ser sustituido en el descanso, fue trasladado a la Clínica Parque para ser sometido a una revisión.

Tras el paso por vestuarios, la suerte de los extremeños no varió. Con un hombre menos, los de Faustino Bueno desaprovecharon un penalti cometido por Natael sobre Jose, que Nauzet Fernández ejecutó sin demasiada potencia, facilitando que Luis Arellano atajase con limpieza el lanzamiento raso y a la derecha.

ESFUERZO El Cerro empezó a jugar mejor con un hombre menos. Incluso Jose, que había provocado el penalti, tuvo otra oportunidad para lograr el empate en una cabalgada por su banda, aprovechando el espacio dejado por Jesús a su espalda para plantarse ante Arellano, que, una vez más, ganó la batalla en el mano a mano. La ley de Murphy reapareció otra vez para el Cerro de Reyes. Parra, que había visto una tarjeta amarilla antes, enfilaba a los vestuarios en el minuto 74 por derribar a Rosquete.

El filial blanquiazul sólo sentenció el choque en las postrarías del encuentro, cuando Cuesta Ferreiro decretó un riguroso penalti sobre Oscar que Airam se encargó de transformar con un duro disparo a media altura que se coló a la derecha de Arturo.

Con el Cerro totalmente entregado después del enorme y baldío esfuerzo realizado, Oscar dio la puntilla al culminar con un disparo cruzado una acertada jugada individual. El equipo de Faustino Bueno, no obstante, dio muchísima batalla y quizás en el Heliodoro se toparon una sola vez con todas las adversidades que suelen darse en una temporada entera.