Son siete, y todos ellos quieren repetir. En realidad, podrían ser nueve: el baloncestista José Manuel Calderón ya anunció su retirada y el nadador César Castro se ganó el derecho, pero una lesión le privó de estar en Río. En el nuevo ciclo olímpico, los atletas Álvaro Martín y Javier Cienfuegos, la trialeta Miriam Casilas, los nadadores Miguel Durán y Fátima Gallardo y la jugadora de rugby María Ribera tienen en el horizonte estar en Tokio. Este diario ha sondeado a todos los que hicieron historia en Brasil.

«Tendrían que ser, en teoría y por edad, mis mejores juegos». Javier Cienfuegos llegaría a Tokio con 30 años, en su mejor momento deportivo, a tenor de lo sucedido con los grandes martillistas de la historia, que alcanzan su plenitud en el entorno de esa edad. «Cuatro años se pasan volando», dice el montijano, quien divisa primero clasificarse, después ser finalista «y, por qué no, pensar en una medalla», apunta con ambición.

Algo ha cambiado en su perspectiva de progresar. Cienfuegos tiene desde este año como preparador físico a Carlos Burón, quien llevara a Manolo Martínez a las más altas cotas. Seguirá también con ‘su’ Antonio Fuentes en su Montijo natal. «Ir a unos juegos es lo máximo. Claro que pienso en ello», añade, aunque antes tendrá que seguir dominando la especialidad en España.

Mientras tanto, Antonio Fernández solamente piensa en repetir experiencia olímpica, pero también con miras altas. «Voy a intentar mejorar el resultado», dice el arquero cacereño, noveno en Río. «Está claro que tengo que ir año a año, aunque realmente mi mayor reto, como de cualquier deportista, son los Juegos», asevera. «Voy a intentar mejorar mi preparación física, psicológica y técnica en todo estos años».

«Espero seguir aquí en Madrid, renovar mi beca de la Blume, en la que ya llevo ocho años», asegura. Tras su problema con la federación, ahora mismo no tiene entrenador hasta que encuentre a alguien que vaya bien con su perfil. De momento, está preparándose en solitario mientras ultima los detalles para configurar un cuerpo técnico que le ayude en la progresión de su carrera.

Mientras, la nadadora Fátima Gallardo tiene también en mente Tokio. «Va a ser difícil, pero voy a trabajar mucho para conseguirlo. Por supuesto que quiero estar, y ojalá seamos tres extremeños al menos». La pacense ha iniciado una nueva vida en la Residencia Blume de Madrid, donde se prepara también para su carrera: este año ha iniciado Criminología. Ayer hizo su primer examen.

De momento, todo va sobre ruedas: el que fue su entrenador en Cáceres, Serafín Calvo, ha sido contratado por la Federación Española y será su técnico de nuevo. «Estoy contenta porque siempre nos entendimos muy bien». En Tokio 2020, Gallardo tendrá 22 años, «una buena edad» para una nadadora de élite como ella. Su equipo, el CN Sabadell, es de los más potentes de España, y ahí tendrá también apoyos, aunque sabe que el camino será largo.

AMBICIÓN ABSOLUTA / Alvaro Martín sigue con su insultante ambición. Con dos participaciones olímpicas, la primera en Londres con 17 años, el marchador llerenense lo tiene claro: «voy a por todas, a desquitarme de mis fracasos en Londres y Río. ¿Medalla? Sí puedo aspirar, y en esa progresión estoy y se podría hablar de ello, con 26 años estaré en una buena edad», dice este estudiante de cuarto de Política que reside también en la Blume.

«Para los deportes minoritarios, es lo máximo. Tenemos nuestro minuto de gloria», advierte el atleta sobre si los Juegos son el sumum. Este año correrá en el Mundial de Londres. El pasado hizo historia y fue bronce en Roma. Ahí estará aspirando a todo, pero asume que lo que verdaderamente le motiva de manera más especial es la cita olímpica. Sigue en el Playas de Castellón y con su entrenador, el prestigioso José Antonio Quintana.

La jugadora de rugby pacense María Ribera analiza por su parte: «voy año a año, tengo 30, ha sido muy duro estar en Río, sobre todo en el tema económico y de condiciones y voy a preparar los mundiales con el 7 y el 15 y es lo que quiero. Tokio lo veo como un objetivo a largo plazo que me tendré que plantear a partir de este año que pasa». Ha terminado Ciencias del Deporte y un Master de Educación. «Ahora estoy haciendo cursos de emprendedores a través de la oficina del Consejo Superior de Deportes que nos ayuda mucho para seguir formándonos. Así lo puedo compatibilizar con estudios, porque con trabajo es muy difícil», cuenta.

Mientras, el nadador almendralejense Miguel Durán reflexiona: «encaro estos cuatro años como los anteriores para ir a los Juegos de Río 2016 porque todo pasa muy rápido, no vuelve y el tiempo del deportista dura muy poco. Cada día cuenta y desde ahora entreno para ir a Tokio».

Sobre sus estudios, comenta: «lo puedo compaginar bien cuando tengo tiempo libre a través de la UCAM de Murcia, que es la universidad en la que estamos muchos deportistas. Tengo la carrera on line y con tiempo estudio algo para poder avanzar con la carrera. Voy poquito a poco y espero sacarme Psicología en cinco o seis años o cuando sea. Poco a poco podré hacerlo», dice.

Por último, la triatleta pacense Miriam Casillas asegura que sus expectativas son «llegar bien a Tokio, ya que por edad y progresión sería lo lógico. En Río lo hice bien pero el objetivo era la clasificación y en Tokio es algo más, difícil de precisar a 4 años vista». Esta futuro médico dice que este año lo más difícil son las prácticas. «Aún quedan tres meses por recuperar pero el resto, entre viajes y entrenos, saco tiempo. Esos típicos 20 minutos que utilizo al máximo. Para licenciarme en Medicina me quedan las prácticas y he ido casi a curso por año».