El Juzgado de lo Social número 1 de Cáceres dejó ayer visto para sentencia el juicio entre el Cáceres 2016 y su exjugador Tomás Bellas, que se marchó el pasado verano del club haciendo uso del Decreto 1006/85 que regula las rescisiones de contrato unilaterales de los deportistas profesionales.

El base, actualmente en el Gran Canaria de la Liga ACB, viajó expresamente a Cáceres para acudir a la vista, en la que también estuvieron presentes el presidente cacereño, José Manuel Sánchez; el exentrenador del Cáceres 2016, Manuel Hurtado; el director deportivo canario, Himar Ojeda, y los agentes del jugador (empresa UFirst ).

Tras oírse a las diferentes partes, el juez decidirá si el Cáceres 2016 tiene derecho a la indemnización que reclama, que es ligeramente superior a los 40.000 euros, o a una cantidad menor como compensación a la rescisión del contrato. También reclama daños y perjuicios, pues argumenta que la decisión de Bellas de marcharse cuando faltaban dos días para el inicio de la pretemporada lesionó sus intereses. Primero firmó a Roger Fornas --que ya no está en el club-- para completar el cupo de nacionales y luego al base Pavel Ermolinski, una apuesta que tampoco salió bien a la vista de que cuando faltaba una semana para iniciarse la competición tuvo que volver al mercado para incorporar a Perico Sala, otro director de juego.

OPTIMISMO En el Cáceres 2016, representado por el abogado Juan Manuel Rozas, esperan una sentencia favorable, tal y como ocurrió en el mismo juzgado con el conflicto de hace un año con Harper Williams. En aquel caso, era el club el que pretendía desprenderse sin coste del contrato del jugador norteamericano alegando que había deteriorado la imagen del club al dar positivo en un control de alcoholemia. Y lo consiguió.

Ahora, incluso desde el Gran Canaria se asume que Bellas tendrá que pagar una indemnización, aunque pretende que no tan alta como la que está reclamando el Cáceres.