Un Mundial de fútbol cada cuatro años es una excusa perfecta para mostrar el panorama tecnológico a todo el mundo. La FIFA lo sabe y se beneficia del patrocinio de destacadas marcas de electrónica y comunicaciones, que convierten el torneo en un escaparate con 30.000 millones de espectadores. En esta edición, la tecnología está presente desde las entradas de acceso a los estadios hasta la señal de televisión que llega a los hogares.

Las entradas, que se han vendido sobre todo por internet, han cambiado este año el código de barras por una etiqueta inteligente. Contienen RFID, un pequeño chip que permite programar la entrada. "Si un espectador pierde el tíquet, se anula en nuestros ordenadores y se reprograma con sus datos para evitar que otra persona pueda usarlo", explica Peter Meyer, director tecnológico de la FIFA. Esta tecnología ha supuesto renovar todos los lectores de acceso e impresoras.

La información sobre el Mundial también puede seguirse por teléfono móvil. Desde el centro de retransmisiones de la FIFA, en el recinto de la feria de Múnich, se envía una señal especial a operadoras de 90 países que centra en detalle la imagen que captan las televisiones. En cada partido hay 25 cámaras de alta definición que proporcionan la señal a las 250 televisiones que la han comprado.

Todo requiere una red de satélites y fibra óptica muy potentes. Hay 40.000 conexiones de red, 10.000 dispositivos conectados y 3.000 teléfonos. En total, más de 50.000 usuarios "que precisan estar conectados en todo momento y desde cualquier lugar", según Manuel Linning, jefe de márketing de Toshiba en Europa.

Esta red única se controla desde dos centros en Múnich y Berlín. La seguridad informática ante posibles intrusos se ejecuta desde un centro de datos especial. Toda la infraestructura de esta ubicación está construida en madera sin tratar, que será utilizada para construir casas unifamiliares cuando acabe el campeonato.