Un damnificado por los vaivenes en la configuración de la plantilla del Cacereño es Jaime Polo, un juvenil que debutó la pasada temporada con el primer equipo y que lo abandona cuando parecía que iba a ser un miembro fijo. Su destino es el fútbol sala: aunque no es oficial, fichará por el Cáceres Uex de la Segunda B.

Polo es un chico optimista, que intenta que no le afecte el disgusto de la peripecia en la que se ha visto implicado en las últimas semanas ante la indefinición de la entidad verde.

«He rechazado ofertas de equipos de la División de Honor de juveniles y de otros de tercera para seguir aquí y finalmente ni me voy ni me quedo», comenta a este diario.

Según su versión, habló con el Cacereño y contaban con él para la primera plantilla, «pero no me decían nada del contrato ni nada... Hoy (por ayer) ya he llamado y me dicen que me quieren tener ahí entrenando y que me quedase con el juvenil». Esa decepción le ha hecho meditar sobre su futuro y tomar una determinación que le duele, pero que considera necesaria.

Sus conexiones en el fútbol sala le han llevado a un rápido acuerdo con el Cáceres Uex. Solo falta la firma para que oficialmente cambie de deporte.

«Me da mucha pena porque me he quitado todas las cosas para seguir en el Cacereño, en el club de mi ciudad. Llevo dos años sacrificados a tope, entrenando cuatro o cinco días a la semana, viajando dos veces cada fin de semana para que cuando llega el día no se acuerden de nada...», lamenta. Ya no podrá jugar con su primo, el central Juanjo Polo, que el sábado fue uno de los goleadores en el partido ante el Ciudad de Plasencia.

Su talante positivo lo saca a continuación: «Ya no vale de nada mirar atrás. Hay que seguir hacia adelante y a tope a por el nuevo reto», proclama.

Sí estarán bajo las órdenes de José María Rebollo otros dos juveniles: el mediocentro Kevin Trevejo y el mediapunta Chema Saldaño.