El del Badajoz no es único caso con dramatismo en el deporte extremeño durante los últimos años. La élite se ha visto asfixiada por los problemas económicos, lo que ha ocasionado una evidente epidemia de situaciones límite que ha abierto el debate sobre si la región puede asumir lo que conlleva acoger alta competición. Estos son los tres casos más significativos, dos de ellos con resultado de ´defunción´.

BASKET CACERES SADLa sociedad anónima deportiva que acogía al equipo de baloncesto en la Liga ACB está en causa de disolución desde el pasado 1 de julio. Su deuda de más de dos millones de euros (330 millones de pesetas, la mayor parte a la Agencia Tributaria y la Seguridad Social) acabó ahogándola. Ahora, un nuevo club se ha refundado y la próxima temporada jugará en la LEB.

CP MERIDA SADEl club presidido por José Fouto descendió a Tercera y afrontó el camino de la desapareción hace ahora tres años por no poder pagar apenas 1,5 millones de euros a futbolistas. Hasta última hora se estuvo buscando una solución al conflicto, pero finalmente no se consiguió. Su filial, el Mérida Promesas --ahora UD Mérida-- continuó con el fútbol en la capital autonómica.

CLUB FEMENINO PUEBLATras proclamarse campeón de España y estar entre los tres mejores equipos nacionales del fútbol femenino nacional, la desaparición también amenaza al conjunto de Puebla de la Calzada, que no se ha recuperado de la pérdida de patrocinador y debe afrontar unos gastos anuales de unos 150.000 euros (25 millones de pesetas) para mantenerse en la élite. JAVIER ORTIZ