Todo está listo para que Rafael Bernal Espada Fali pueda contemplar desde las alturas como los tres equipos a los que tanto dio, le devuelven en forma de homenaje toda esa entrega que él derrochó.

El Municipal dombenitense se viste mañana de largo, y a partir de las 20.00 horas será el escenario donde fluyan los sentimientos y la emoción en recuerdo de una gran promesa futbolística, al que la carretera le negó la vida hace cinco meses. Para recordarle, allí estarán los tres equipos en los que militó: su querido Cacereño, su acogedor Don Benito, y su Valencia, en el que apenas estuvo unos meses y que era sinónimo de futuro.

Fali dejó multitud de amigos, y muchos de ellos estarán presentes mañana en Don Benito. Estará su inseparable compañero Miguel, y está por confirmar la presencia de otros como Juan Carlos, Chus, Aitor Bidaurrázga o Chema Candela, que el año pasado compartieron la zamarra rojiblanca con él. Asimismo, también está ratificada la asistencia del presidente de la Federación Extremeña de Fútbol, Juan Espino Navia.

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En el homenaje ha sido clave el interés del presidente del Don Benito, Miguel Dani Lospitao, que enseguida se puso en contacto con los tres equipos y que, como señala, "si no se ha celebrado antes es porque siempre hemos estado a expensas del Valencia B".

En los prolegómenos del encuentro, el club rojiblanco tendrá una atención con los padres de Fali , a los que entregará una placa firmada por los tres equipos participantes. Asimismo, el Don Benito cederá todo lo que se recaude en taquilla a la familia, ya que se cobrará una entrada simbólica.

Si entre los jugadores que salten al campo va a haber uno con un sentimiento especial, ése es el rojiblanco Juan Diego. El amaliense curtió una gran amistad con Miguel y Fali cuando militaban en el Don Benito. Un contacto que se mantuvo cuando se fueron al Valencia. "Siempre nos llamábamos una o dos veces por semana y nos tirábamos mucho tiempo hablando", dice Juan Diego.

Tal era la complicidad que Fali solía llamar Aimar con cariño a Juan Diego. "Me tenía mucho aprecio", dice. Sólo así se comprende como éste fuera uno de los más afectados. "Para mí fue un palo y no he sido capaz de asimilarlo. Es tan superior a mis fuerzas que ni siquiera fui capaz de ir al entierro ni la misa. Estoy un poco preocupado de cómo será la reacción de los padres conmigo". Sea como fuera, Fali disfrutará desde arriba.