Ragnar Nathanaelsson, 1,9 puntos y 1,7 rebotes en 7:07 minutos; Zygimantas Riauka, 3,5 puntos y 3,2 rebotes en 16:06; JC Fuller, 6,4 puntos y 39,6% en tiros de dos puntos en 15:32. El resumen estadístico de los tres jugadores del Cáceres Patrimonio de la Humanidad cuyo rendimiento está en cuestión no les deja en buen lugar.

Ñete Bohigas volvió el martes, tras la derrota ante el Tau Castelló (62-72), a reclamar mayor aportación de los tres, pero al mismo tiempo los defendió. «Son nuestros jugadores y son con los que voy a seguir trabajando», repitió. Aunque a nivel extraoficial, el club empieza a lanzar el mensaje de que podría haber cambios para mejorar el rendimiento global de un equipo que, en todo caso, está por encima de las expectativas con seis victorias y siete derrotas tras trece jornadas.

El criticado papel de Nathanaelsson, Riauka y Fuller tiene distintos matices dependiendo de cada uno de ellos.

El islandés interminable

Seguramente las expectativas menores las recogía Nathanaelsson, un ‘experimento’ a bajo coste porque no se consiguió renovar a Víctor Serrano. Se suponía que con 2,18 y una corta carrera internacional era todavía un jugador en desarrollo, para dar relevos muy concretos e ir puliéndole.

El caso es que no se le ve descoordinado para su tremenda envergadura, pero su entendimiento del baloncesto que se hace en la LEB Oro es escasísimo. Le cuesta terriblemente leer las jugadas y con el balón en las manos genera poca amenaza. Sus compañeros tampoco se lo pasan mucho. Ni siquiera ha logrado ser una presencia contundente en defensa, a menudo superado por velocidad.

Sin embargo, ha caído bien entre la hinchada y en el vestuario por su carácter afable e inteligente. Tuvo su momento de gloria con unos minutos explosivos ante el Retabet GBC, pero poco más por ahora.

Decepción lituana

Sobre Riauka suele darse una explicación sobre su, por el momento, decepcionante participación en el Cáceres: durante toda su carrera (incluyendo la pasada temporada en El Olivar, filial del CAI Zaragoza en LEB Plata) ha jugado como ‘5’ y no como ‘4’. A ese puesto de pívot abierto le está intentando adaptar Bohigas, por el momento sin mucho éxito. Y ni siquiera en su antiguo papel está consiguiendo dar rotaciones importantes a Marcius.

Con más de 16 minutos en pista no puede decirse que haya tenido pocas oportunidades, pero su irrelevancia está obligando a jugar más de la cuenta a Sergio Pérez, que con 37 años se ha convertido en el hombre más utilizado (29:31 de media).

Otro dato sobre el lituano: solamente una vez ha conseguido superar los 10 puntos de valoración (12 el día del Palma Air Europa). La sombra de su compatriota añoradísimo Rolandas Jakstas, actualmente en el Juventus de su país, es alargada.

JC, de más a menos

No estaba saliendo tan mal el fichaje de JC Fuller. En las primeras derrotas de la temporada se salvó parcialmente del naufragio general y, al igual que Nathanaelsson, fue importantísimo en batir al Retabet con varias acciones de mucho mérito y 13 puntos. Unos días después le clavó 15 al Melilla, pero a partir de entonces inició una crisis de la que no parece estar cerca de salir.

Fuller apenas ha dado con el aro en los últimos encuentros, también perjudicado por una enfermedad intestinal que le ha hecho perder peso. Pero no reencuentra su papel saliendo del banquillo para dar descanso a Nikola Rakocevic y es preocupante que haya ido buscando cada vez menos lo que parecía su gran especialidad, las penetraciones a canasta, en detrimento del tiro exterior, en el que desde luego no es regular (modesto 33,3% en triples).