Esta vez la opción real de que se venda no procede de un solo empresario, lo cual introduce un elemento novedoso dentro de una posibilidad cíclica. En esta ocasión hay tres interesados, aunque en modo alguno el que debe decidir el resultado final de la operación haya dado el paso adelante de dar el sí definitivo. Sin embargo, Félix Campo está decidido a escuchar ofertas y tiene, de nuevo, la posibilidad de desprenderse del Cacereño, circunstancia que ha estado a punto de concretar al menos dos veces en los últimos tres años, pero que se ha frustrado en el último momento y en contra de todos los pronósticos.

Campo parece estar decidido, esta vez sí, a poner en venta el Cacereño, un club que ya no le resulta rentable. La ausencia casi total de ayuda institucional y, sobre todo, el brusco descenso del rendimiento económico del bingo del club están haciendo mella en el presidente verde, que cree que puede haber llegado definitivamente el momento.

La situación deportiva del equipo, que este año sí está peleando por meterse entre los cuatro primeros puestos para jugar por el ascenso, ha quedado ya en segundo término y ni siquiera invita al optimismo en el propio Campo, cuyo sentimiento de desmotivación ha alcanzado unas cotas mayores, incluso, a la de años anteriores.

Ya durante la última junta general de accionistas Patricio Castaño, asesor directísimo del empresario charro hasta el punto de que las acciones están puestas a su nombre, dejó la puerta abierta a una posible operación. Ocurrió con el final de año y así lo hizo ver el propio Castaño, el hombre clave, a su vez, en la última y frustrada negociación.

A LA EXPECTATIVA Los protagonistas quieren mantenerse en el anonimato, pero tienen la idea en su cabeza. Incluso, uno de ellos, un empresario madrileño cuya identidad no se ha desvelado, ha formulado su oferta hace unos días en un restaurante salmantino (un millón y medio de euros, 250 millones de pesetas), desechada por Campo por considerarla claramente insuficiente: sabe que hay alguien que le puede dar bastante más.

Otro empresario, el pacense Julio del Camino (exdirigente del Badajoz) aún no ha hablado con el máximo dirigente del Cacereño, pero piensa hacerlo la próxima semana. O, al menos, ésa es su intención.

El tercer aspirante es, en principio, el que más ha pujado por esta posibilidad, aunque el fiasco que supuso el último tramo de la negociación --se llegó incluso a pactar la venta por más de 2´5 millones de euros, 400 millones de pesetas-- le mantiene, de momento, a la expectativa y los contactos no se han producido. El, de momento, tampoco ha hablado, aunque las fuentes consultadas por este diario aseguran que apostaría. El problema es que ahora espera a que Campo --o Castaño-- le llamen.