Hace solo cinco temporadas, por estas fechas, Jair estaba peleando por salvar milagrosamente la categoría de Tercera con el Miajadas. Cinco años después, ese mismo jovenzuelo que alternaba sus casi diez horas de trabajo con entrenamientos salteados entre semana, acaba de convertirse en jugador de Primera División. Así es el fútbol. En ese sueño a la élite que ha materializado en realidad con el Huesca le ha acompañado otro extremeño, el emeritense Carlos David, para quien también es su primer ascenso a máxima categoría.

Jair, de 28 años (21 de agosto de 1989), es de Villanueva de la Serena. Nació en la pequeña localidad lusa de Sao Jorge de Arroios. Sus padres son originarios de Cabo Verde, de donde le viene su exuberante apariencia física africana. Él nunca les conoció y fue adoptado pronto (a los seis años) por su familia de Villanueva de la Serena, una familia y una ciudad que le ha dado todo. Los serones celebraron como si fuera casi suyo el ascenso del Huesca y Jair lo agradeció: «muchas gracias, Villanovense. Una mitad de mí está siempre ahí con vosotros, pese a la distancia».

Se ha convertido en pieza clave del Huesca que ya es de Primera. El central ha jugado la friolera de 39 partidos en lo que va de temporada y ha marcado tres goles. Fuerte, veloz, aguerrido, valiente, decidido.

El central ha sido cocinado a fuego lento. Siempre perteneció a la prolífera cantera de La Cruz Villanovense. Para foguearlo, el club decidió cederlo a equipos como Hernán Cortés y Miajadas. Luego volvió a Villanueva de la Serena y de la mano de Julio Cobos se convirtió en pieza clave del ascenso a Tercera. Después llevó al Villanovense al playoff y su gran año le abrió la puerta de su fichaje por el Levante Atlético. Fue el puente perfecto hacia el Huesca.

Del mismo éxito disfruta Carlos David Moreno Hernández, de 31 años (14 de junio de 1986). Este emeritense estaba ayer especialmente emocionado por vivir un ascenso en Huesca, donde lleva cuatro temporadas. «Es mi primer ascenso a Primera y ha sido muy especial. Yo empecé jugando en El Polígono de Mérida y subir a Primera es lo que todo niño sueña alguna vez».

Irregular

Carlos David ha vivido un año muy irregular en cuanto a participación. Apenas ha disputado tres partidos. «Los centrales ni han estornudado. Han aguantado todo. ‘El negro’ ha estado espectacular y es normal que jugara él», decía de su compañero, Jair, con el que comparte posición, pero sobre todo, una estupenda amistad. Y es que Carlos David, por encima de todo, es un futbolista de equipo. De esos que todo entrenador quiere tener consigo. Para él, la experiencia también ha sido meteórica, pues ha visto crecer al Huesca desde Segunda B a Primera.

Carlos David confesaba que la celebración en Huesca ha sido extraordinaria «y todavía queda más. Sinceramente, me ha recordado a las celebraciones de Extremadura y Mérida cuando subieron a Primera. Yo la del Mérida la viví de pequeñito, con mi padre en la fuente. Mi padre, de hecho, me ha venido recordando durante estos días que disfrutara lo máximo posible».

Jair y Carlos David han completado el triple salto a la Primera. Ambos tienen un año más de contrato y los dos anhelan estar en la élite. Por Jair, incluso, habrían llegado ofertas de equipos de otras ligas. Una vez llegados aquí, que no paren de volar.