Dominio portugués en la categoría masculina y continuismo en la femenina de la III Media Maratón Cáceres 2016, que también hacía las veces de Campeonato de Extremadura. La competición, disputada en la mañana de ayer en unas condiciones casi inmejorables en el casco urbano cacereño, contó con la presencia de 423 corredores de entre los más de 460 inscritos.

Los grandes vencedores de la fueron el luso José Gaspar (1:08.49) y la andaluza María Ruiz (1:18.57). El primero se adelantó en la meta a dos de sus compatriotas con los que había compartido parte del recorrido, Bruno Paixao --habitual en las medias extremeñas, reciente ganador en la de Mérida-- y Bruno Fraga.

Gaspar sucede así a Zarsenay Tadesse y a Miguel Angel Gamonal en el peculiar historia del esta prueba, que en las dos últimos años ha variado radicalmente su filosofía respecto al primero, pasándose de un intento de récord del mundo a algo más en la línea de las otras carreras extremeñas, con mezcla de competitividad y participación.

Mientras, María Ruiz, que ya ganó la pasada edición, se impuso con facilidad en la competición femenina, llegando un minuto antes que la segunda clasificada, Marisol Madera, siendo solo superada por 18 hombres.

CAMPEONES EXTREMEÑOS Como el circuito está homologado, la Federación Extremeña aprovecha para que la prueba decida también los campeones regionales de la distancia. No estuvo Gamonal, lo que dejó vía libre para que el que precisamente es su entrenador, Manolo Núñez, para imponerse entre los atletas regionales, siendo cuarto en la clasificación general tras los tres portugueses. La actuación del valentino en la última vuelta sirvió para retrasar a un clásico como Juan Francisco Sánchez. Juan Francisco Cano entró sexto, pero luego no apareció en las clasificaciones oficiales.

Entre las extremeñas, la superioridad de la dombenitense Noelia Muñoz, tercera en la carrera, resultó incontestable. La presencia de las dos clásicas fondistas de la región, Tina María Ramos y Paloma Quintero, le hubiese dado mayor aliciente.

Dejando a un lado a quienes subieron al podio, también resulta interesante destacar a todos aquellos que, intentando superarse a sí mismos, intentaron completar el recorrido con la mayor dignidad, sin importarles ser doblados. Se produjeron las clásicas escenas de extremo cansancio a la llegada y también las emocionantes imágenes de padres llegando de la mano de sus hijos a la meta.

Buena parte de los participantes trasladaron su felicitación a la organización por detalles como la seguridad y la colocación de las mesas con agua.