El Plasencia cerró la temporada en su visita a Melilla con una amplia derrota, en un partido en el que ninguno se jugaba prácticamente nada al estar ambos en zona de nadie de la tabla clasificatoria.

En el primer cuarto la igualdad fue la nota predominante, con un Melilla bien situado en defensa y un Plasencia que aprovechaba su juego rápido, aunque al final del mismo la tranquilidad de los locales sirvió para irse al termino del mismo con ventaja de cuatro puntos (20-16).

El mejor acierto de los locales en los lanzamientos exteriores fue la clave en este primer periodo que fue de tanteo, pero en el que decidieron los locales debido a sus jugadas rápidas y el acierto de Sellers y Koffi.

En el segundo, el comienzo del mismo fue una especie de calco del anterior, pero poco a poco los placentinos fueron perdiendo fuelle.

De esta forma lograron aumentar más su ventaja en el tanteador con un parcial de siete puntos (18-11), dejando el marcador en 38 a 27 tantos.

Las cosas no cambiaron en el tercer cuarto, aunque la relajación de los locales y un poco de empeño de los jerteños hicieron que el encuentro cobrara algo de tensión, ya que las mínimas diferencias e igualadas en este cuarto fueron la tónica para terminar en tablas, con un empate a 16 que dejaba todo igual.

En el último acto, fue el Melilla el que salió con más brío, mientras que los visitantes comenzaron a acusar el esfuerzo realizado hasta entonces, aunque en el tramo final lograban maquillar el resultado debido al acierto, especialmente de Victor, el máximo anotador de su equipo, que encestó un total de dieciséis puntos.

MUY POR DEBAJO Los melillenses llegaron a disponer de hasta 15 puntos de ventaja, prácticamente al final del partido, pero los numerosos cambios introducidos por el técnico del equipo melillense propiciaron que la ventaja llegará hasta los diecisiete, ya que los jerteños no acertaban a fijar posiciones ante las rotaciones de sus rivales y les resultaba difícil aproximarse en el marcador.

La derrota pudo ser aún más abultada, aunque también más corta --el tercer cuarto fue el más nivelado, con un parcial de 16-16--, pero los locales dejaron claro que el objetivo esta temporada estaba cumplido y por ello su técnico moviera continuamente el banquillo ante un Plasencia con muchos altibajos en su juego tanto en defensa como en ataque.