EXTREMADURA 1: Toni García; Alcázar, Dani Fragoso, Roberto Rodríguez, Nandi; Lolo, Marco; Manuel (Víctor Paredes, M. 78), Pichi (Pascual, M. 75), Peri (Zurdo, M. 87) y Pavone.

MELILLA 1: Balbuena; Gustavo, Capa, Mohamed, Redondo; Angel Luis; Donoso (Yamal, M. 65), Francis Flores (Farid, M. 86), Dezzotti, Guede y Mauri (Vidal, M. 78).

GOLES: 0-1 M. 17: Guede. 1-1 M. 56: Peri.

ARBITRO: Miguel Sánchez-Seco Otero (Comité Madrileño). Una calamidad con la complicidad de sus asistentes. Sin criterio, le sobraron aspavientos y le faltó conocer el reglamento (0). Amonestó a Lolo (62´), Pichi (65´)/ y Mauri (42´).

Tan triste como decepcionante, aunque este argumento venía de atrás, resultó la despedida de la temporada del Extremadura en su estadio. Empató ante el Melilla (1-1) en un partido de menos a más de los de Cisqui. Tardaron en entrar los azulgranas en el duelo pero, como mal menor, salvaron los muebles sumando un punto que no sabe a casi nada a su resignada hinchada.

El empate del Betis B en la matinal ante el Vencidario terminó de hacer los deberes al club almendralejense que salió al campo, o al menos así debió ser, sin esa manoseada presión a la que siempre se culpa de males. Pero ni así. El Extremadura fue el pusilánible bloque de otras tardes y permitió que el rival ninguneara su ambición primero y le endosase un severo correctivo después para inaugurar el marcador. Y es que Pablo Guede se paseó por la frontal del rea tras coger la espalda a la zaga azulgrana y se presentó sólo ante Toni García. Luego nada más que tuvo que elevarle el balón para colocar en todo lo alto el 0-1.

REACCION LOCAL El Extremadura, que apenas si se había presentado en el Francisco de la Hera hasta ese momento, se revolvió con orgullo tras el gol. Empezó a aparecer, adelantó si cabe un poco más sus líneas y merodeó, ahora sí, con criterio las inmediaciones de Balbuena. Antes del descanso se hicieron un par de ocasiones con marchamo y hasta se reclamó un penalti por manos en área visitante (m. 31).

De entrada en la segunda parte se vio al mejor cuadro azulgrana de la tarde. Capitaneados por Manuel, otra vez, y con mucho más sentido que en la estéril primera entrega, los méritos empezaron a ser más que notables. El premio, el fútbol a veces es justo, se lo llevó una jugada genial de Manuel que remató, en semifallo, el juvenil Peri. Era el 1-1 y la esperanza local. La grada, deseando tener algo de miga que llevarse a las manos para aplaudir, se mostró agradecida. Y la verdad es que los de Cisqui hicieron lo que debían para haber terminado ganando. No lo hicieron a pesar de que el balón terminaría una vez más en la red. Fue en una jugada de Pavone, qué ganas tiene el argentino de mojar, que fue invalidada por el árbitro. Luego un frío adiós y a pensar, ahora sí, en el futuro.