ATLETICO DE MADRID: Moyá; Juanfran, Giménez, Godín, Ansaldi; Arda (Griezmann, min. 59), Gabi, Tiago (Mario Suárez, min. 53), Koke; Raúl García y Mandzukic (Cristian Rodríguez, min. 85).

ESPANYOL: Kiko Casilla; Javi López, Colotto, Alvaro, Fuentes; Lucas Vázquez, Cañas, Salva Sevilla, Víctor Alvarez (Montañés, min. 63); Sergio García (Alex, min. 56) y Caicedo (Stuani, min. 63).

GOLES: 1-0, m. 42: Tiago. 2-0, m. 72: Mario Suárez.

ARBITRO: Iñaki Vicandi Garrido (C. Vasco).

Un buen partido y un triunfo incontestable reactivaron al Atlético de Madrid en las alturas de la clasificación con un encuentro completo, serio y eficaz frente al Espanyol (2-0), al que manejó de principio a fin y al que doblegó sin sobresaltos, con dos goles de Tiago y Mario Suárez y con un control casi absoluto.

Una victoria indispensable para su reacción y para seguir de cerca la estela de los primeros puestos de la tabla, pero también para el crecimiento en este curso del nuevo conjunto rojiblanco, inabordable una vez más en el Calderón, donde ha sido invencible en los últimos 24 duelos para todos sus rivales de Liga.

El último derrotado fue este domingo el Espanyol, que aguantó hasta el minuto 42 con rendimiento defensivo y las paradas de Kiko Casillas, pero que terminó los 90 minutos sin puntos y sin apenas ocasiones. También cerró dos rachas: los cuatro partidos sin perder y los tres imbatido con los que se presentaba al Vicente Calderón.

Porque el Atlético asumió la responsabilidad del duelo desde el inicio, primero con ese arranque tan potente como temporadas pasadas, en el que en cuatro minutos arrinconó a su adversario con tres saques de esquina y una doble ocasión de Arda Turan y Mandzukic, salvada por Kiko Casilla, y después con el control de la posesión.

No hubo daños para el marcador del Espanyol hasta casi el final del primer tiempo. Apoyado en esa firmeza defensiva que mantenía su portería a cero durante los últimos tres encuentros y, sobre todo, en las paradas de su magnífico guardameta, Kiko Casilla, repleto de reflejos a un disparo de Koke y a un cabezazo de Tiago, el equipo blanquiazul contuvo la ambición del Atlético hasta el minuto 42.

La ventaja, perseguida por el equipo rojiblanco desde el minuto 1 y merecida después por oportunidades, fútbol e intención sobre la portería contraria, tampoco modificó el diseño del encuentro para la segunda mitad, que comenzó con las lesiones de Tiago y Sergio García y prosiguió sin sobresaltos para un Atlético solvente también en defensa, con buen despliegue de los uruguayos Diego Godín y José María Giménez, que se estrenó en este curso con buena nota.

Todo seguía igual a falta de media hora, cuando Sergio González metió más artillería en el campo: la velocidad de Montañés y la capacidad goleadora de Cristian Stuani, nuevos recursos para potenciar un ataque prácticamente inofensivo hasta ese momento, frenado siempre lejos del área por la habilidad defensiva local.

No tardó mucho más el Atlético en zanjar el resultado, a través de un saque de esquina de Koke, con un toque en el segundo palo de Giménez y el empujón definitivo de la pelota de Mario Suárez a menos de un metro de la línea. La sentencia para un triunfo convincente.