Algunas veces nos reprochan a los que trabajamos en este diario que busquemos obsesivamente el posible "ADN extremeño" en los protagonistas de noticias nacionales. Yo no lo veo mal. Creo que es una de nuestras labores: ponerle nuestro acento --en la medida de lo posible-- a todo lo que ocurre. Si hay extremeños en Nueva York el 11-S, hay que localizarles; cada ley que se aprueba en Madrid puede tener repercusión aquí y tenemos que explicarlo; si Saviola tiene familia en Alía, hay que hablar con ellos; cada aliento Calderón en la NBA debemos rastrearlo... Y así mil ejemplos.

Se me vino esto a la cabeza el sábado, cuando Fernando Verdasco y Feli López aseguraron la cuarta Copa Davis para España. Como ya hemos publicado en otras ocasiones, Olga Carmona, la madre de Verdasco es de Badajoz, donde el tenista vivió de niño. Y en el Sant Jordi hubo banderas y aficionados extremeños, así como el presidente federativo, Diego Mostazo. Así es imposible no sentirse más partícipes de la sucesión de éxitos del equipo español.