Manolo Hussein continuó ayer en el puesto de entrenador del Cáceres, algo de lo que ni él mismo podía estar seguro tras la cuarta derrota consecutiva de su equipo (91-75 en Manresa). Haber caído a la penúltima posición con una victoria menos que el Fórum ha disparado todas las alarmas en el club, que se llegó a plantear una destitución que no ejecutó. Sin embargo, la confianza en el técnico canario tiene un límite: el próximo fin de semana. Si el equipo no mejora su juego y, sobre todo, sus resultados en los dos partidos que llegan en casa, ante el Casademont (jueves) y el Caja San Fernando (domingo), la situación sería difícil de sostener.

De momento, el debate se ha desatado con fuerza y los síntomas de divorcio interno son cada vez mayores. Ayer Hussein se encerró en el vestuario con los jugadores en un intento por solucionar la "falta de actitud" que denunció tras el fiasco de Manresa.

ENTRENADORES Y PANADERO

¿Quién sería su sustituto? El mercado de entrenadores está francamente limitado, por lo que muchas miradas apuntan al director deportivo del Cáceres, Martín Fariñas, que ayer estuvo en el multiusos. Otra opción sería otro histórico del club, Ñete Bohigas, aunque habría que llegar a un acuerdo con el Plasencia.

En la cancha también puede haber novedades en la carrera por mantener la categoría. El escolta cacereño José María Panadero, actualmente en el CAI Zaragoza, podría ocupar la plaza de Vladimir Petrovic y reforzar el juego exterior verdinegro. El balcánico anotó 15 puntos en 17 minutos el domingo con el Alba Berlín.