La ciudad les adora pese al paso del tiempo, pero ellos también adoran a la ciudad por todo lo que ocurrió. En realidad, el ascenso del Cáceres CB a la Liga ACB el 10 de mayo de 1992 lo consiguieron todos juntos. Y eso no se olvida. Tampoco lo hace alguien que presenció el partido del viernes desde la grada y que vivió aquello muy de cerca. Felipe García era el habilidoso y corajudo '4' titular de aquel equipo que dirigía Martín Fariñas.

"Fue el mejor momento de mi carrera. No creo que se pueda repetir nada igual", cuenta al enviado especial de este periódico mientras recorría las calles de Melilla. Aquí nació y aquí vive desde hace 19 años. "No cambio el año del ascenso con Cáceres por nada del mundo. Todo lo que ocurrió aquellos meses no se me ha ido de la cabeza y he seguido en contacto con mucha de aquella gente. A todo Cáceres le mando un abrazo. Fui muy feliz allí", añade García, una de cuyas ocupaciones es ser presidente de la federación local de baloncesto. Además, su hijo Alvaro es una gran promesa, aunque fuera de los 'grandes mercados': hace poco fue máximo anotador del Campeonato de España cadete con 30 puntos de promedio.

Hora y media de conversación da para mucho. Anécdotas, pequeñas historias que no se borran y que no todo el mundo sabe, alegrías y penas muy mezcladas. Todo dentro de una mitología muy cacereña. "La clave fue que éramos un grupo de amigos, de muy buenas personas, y que sobre todo trabajábamos como burros. Fariñas era grande, pero nos pegaba unas palizas increíbles", rememora. La sonrisa no se le va, no.

¿Y el presente? "No me explico qué pasó el viernes. Pero Cáceres me encantó. ¡Qué equipazo! Pero todavía queda eliminatoria, eh", apostilla.