El fallecimiento del sevillista Antonio Puerta no se produjo en el terreno de juego -el Sánchez Pizjuán mientras disputaba el encuentro contra el Getafe- pero fue allí donde se desplomó e inició un desagradable proceso de salud al que no pudo vencer, uniéndose así a una larga lista de futbolistas muertos tras sufrir algún percance durante un partido. A la muerte de Puerta se le suma el fallecimiento de otro sevillista, Pablo Berruezo, que falleció el 7 de enero de 1973 en el estadio pontevedrés de Pasarón, tras desplomarse a los pocos minutos de comenzar el segundo tiempo del partido que su equipo jugaba con el Pontevedra. También fue sonada la situación que vivió el jugador del Atlético de Madrid, Miguel Martínez. El conjunto rojiblanco se encontraba en Sudamérica de gira y el futbolista sufría un ataque de mesencefalitis en la habitación del hotel en el que se hospedaba en Montevideo con el que entraría en coma la noche del 13 de julio de 1964. Moría ocho años más tarde.

En los últimos años, diferentes futbolistas murieron en el campo, como fueron el internacional húngaro del Benfica Miklos Feher, la del brasileño Serginho o la del camerunés Vivien Foe.