La confirmación de Usain Bolt como una de las figuras más importantes y carismáticas de la historia del atletismo fue lo mejor que nos dejó los Mundiales de Berlín. Como ya había sucedido exactamente --día por día-- un año antes en los Juegos Olímpicos de Pekín, el fulminante esprinter jamaicano apabulló en las pruebas de velocidad pura y repitió el triplete olímpico, con una sola salvedad: faltó en esta ocasión el récord del mundo del equipo antillano en los 4x100 metros.

El hectómetro yanqui

Bolt, que cumplió 23 años el pasado viernes, el día de su segundo título (200 metros), se coronó y contribuyó a la goleada de Jamaica sobre Estados Unidos en las pruebas más cortas. En 100, 200, 4x100 y vallas altas (110 masculinos y 100 femeninos), Jamaica logró seis de los ocho títulos en juego, dejando solo el 200 femenino para la tricampeona mundial, Allyson Felix (EEUU), y los 110 vallas para el emergente atleta de Barbados de 21 años Ryan Brathwaite, ganador ante la lesión del cubano Dayron Robles. Estados Unidos, que acabó encabezando el medallero por tercer Mundial consecutivo (con 22 medallas, 10 de ellas de oro, ante 13 de Jamaica, 7 de oro), enderezó el rumbo gracias a su fortaleza en los 400 metros, que ganó en hombres (Merritt) y mujeres (Richards), así como los dos relevos largos y las vallas masculinas (Clement); las femeninas fueron para Jamaica (Walker). Bolt, con sus nuevos topes universales en 100 (9.58, contra los 9.69 de Pekín) y 200 (19.19, por sus 19.30 de los Juegos), ha reabierto de todas todas el debate sobre los límites de la raza humana, que él parece ignorar.

"No habrá más récords del mundo", aseguró el domingo el fatigado Bolt. "Estoy cansado, pero sobre todo contento de que todo haya terminado". Bolt anunció así que su presencia en la prestigiosa reunión de Zúrich, el próximo viernes.