A poco más de una semana del comienzo de la NBA, las sensaciones de José Manuel Calderón son más que positivas. En su primer año en Toronto, el extremeño se adaptó sorprendentemente rápido a los Raptors, pero dos lesiones le impidieron rendir al máximo nivel en el segundo tramo de la liga. Calderón afronta el curso 2006-07 con el prestigio de ser campeón del mundo, una excelente forma física y el apoyo moral que le supone el compartir vestuario con su amigo Jorge Garbajosa. "Este año podemos hacer cosas grandes, sobre todo si empezamos bien. Ante todo, tenemos que evitar el desastre que fue el inicio la temporada pasada. Estoy convencido de que vamos a ir a más porque somos un grupo de gente joven y muy ambiciosa", declara Calderón a EL PERIODICO EXTREMADURA.

El jugador de la selección española apenas pudo saborear Calderón la medalla de oro del mundial, ya que tras seis días en Villanueva de la Serena tuvo que volver a hacer las maletas. Al volver a Canadá, se encontró con un clima desapacible y las inevitables molestias del jet-lag . En contra de lo que podría pensarse, los primeros días en la ciudad fueron más que agitados para Calderón y Ana, su mujer. Llegaron el lunes 11 de septiembre, una fecha un poco tardía para encontrar un apartamento en el centro de Toronto. En un principio, José y Ana pensaban instalarse en la misma zona donde vivieron en su primer año, muy cerca de la céntrica Dundas Square. Pero no les fue posible encontrar una vivienda y, después de varios días alojados en un hotel, terminaron mudándose a King Street, una calle un al sur de la ciudad y muy próxima al lago y al Air Canada Center. Por supuesto, Garbajosa y su mujer también alquilaron un apartamento en el mismo edificio.

En cualquier caso, la búsqueda de una nueva casa no fue la peor experiencia de Calderón tras su vuelta a Toronto. Junto con Garbajosa, el extremeño tuvo que desplazarse a Nueva York para asistir a un curso de orientación para rookies , es decir, para todos aquellos jugadores novatos en la NBA. El curso duró una semana completa y las clases, por llamarlas de alguna forma, se extendían hasta las diez de la noche. Calderón pudo escaparse de esta peculiar instrucción en su primer año, pero esta vez fue avisado formalmente de la obligación de asistir. Los contenidos del curso fueron un tanto absurdos ya que, según el propio Calderón, "nos enseñaban a utilizar los cubiertos en la mesa, porque muchos de los que vienen de las universidades apenas tienen modales a la hora de comer". En otras sesiones, se explicaba a los asistentes, siempre en términos políticamente correctos, la necesidad de evitar escándalos sexuales que podrían arruinar su carrera. Calderón, con 25 años, y Garbajosa, con 28, aguantaron el tedio haciendo amistad con otros jugadores internacionales en la NBA, como el griego Spanoulis, que jugará este año en los Houston Rockets. "Todo un crack este Spanoulis", recuerda Calderón con una sonrisa en los labios.

Octubre ha transcurrido sin mayores sobresaltos. Al igual que el año pasado, los Raptors realizaron la pretemporada en una universidad de la provincia de Ontario. A la vuelta, en la segunda semana de octubre, comenzaron los partidos amistosos. Los Raptors terminarán la preparación con partidos en Chicago y Boston esta semana, y el día 1 de noviembre comenzarán el campeonato visitando a los Nets de Nueva Jersey. Los mismos Nets, por cierto, que fueron derrotados la semana pasada en Toronto tras una buena actuación de Calderón y Garbajosa. En el último cuarto del partido se produjo un apagón que dejó el Air Canada Center sin luz durante diez minutos. Cuando el encuentro se reanudó, todavía a media luz, Calderón encestó dos canastas consecutivas. "Quizá sepa jugar en la oscuridad", escribió en su blog el periodista del Toronto Star Doug Smith. Ya veremos si no deslumbra a todos en su segunda temporada entre las estrellas.