Se dejó la vida practicando una de sus mayores aficiones, el ciclismo, la misma que no le olvida casi cuatro meses después de su muerte. El Club Ciclista Don Benito, del que José Miguel Lozano formó parte desde los inicios hace unos tres años, está organizando una prueba ciclista en memoria del joven de 32 años de Santa Amalia que fue arrollado por un camión grúa mientras entrenaba el pasado 24 de diciembre.

Casado recientemente y padre de un niño, la muerte de José Miguel conmocionó a los vecinos de esta localidad de poco más de 4.000 habitantes y también a los aficionados de este deporte, que se niegan a olvidar la alegría y el buen ambiente que creaba José Miguel en cada marcha. "Aquella mañana del 24 de diciembre salió a entrenar solo, tuvo un pinchazo, perdió tiempo y para no llegar tarde al trabajo cambió la ruta que estaba haciendo. Atrochó por un tramo de seis kilómetros de la autovía entre Miajadas y Mérida y a la altura de Conquista un camión grúa se despistó y se lo llevó por delante. No esperábamos que llegara a ser tan grave, fue terrible", recuerda Javier Bravo, el presidente del Club Ciclista Don Benito, que engloba a unos 50 socios.

Tras una semana hospitalizado, el joven falleció el día 31 y su pueblo natal estrenó 2015 en el entierro de uno de sus vecinos más queridos. "Todos los que lo conocían lo querían, era un chaval fabuloso, alegre, gran compañero, humilde, se llevaba bien con todos. Ha sido un duro golpe", dice Bravo, que espera reunir a más de 200 participantes en su homenaje el 10 de mayo --la inscripción está abierta hasta el día 7 a través de la página web www.ciclismoextremadura.es--.

La prueba, en la modalidad de carretera, discurrirá por la ruta favorita de José Miguel y la que hizo aquella mañana de Nochebuena: Santa Amalia, Valdehornillos, Miajadas, Almoharín, Valdemorales, Montánchez, Arroyomolinos y regreso a Santa Amalia siguiendo el mismo itinerario. Consta de dos recorridos: uno corto de 70 kilómetros y otro más largo, de 105. De regreso, los participantes realizarán una ofrenda floral en el cementerio y luego habrá una comida y entrega de trofeos. "Todo el mundo se ha volcado, incluida la familia, hay multitud de colaboradores. Es lo mínimo que podemos hacer y la mejor manera de rendirle homenaje cada año", relata Bravo. El acto también pretende concienciar a ciclistas y conductores de la importancia de respetar las normas de seguridad. "Vamos a entregar a cada participante una camiseta que recuerda la distancia de 1,5 metros que debe haber entre el ciclista y el vehículo. Algunas veces nosotros llevamos la razón, otras no, pero lo que llevamos en juego es la vida".