Si la entereza de los deportistas se mide por su capacidad para reaccionar en las peores circunstancias, el portero titular del Barcelona, Víctor Valdés, es un modelo de consistencia. Después de un alud de goles --ocho en tres jornadas--, después de una breve e intensa polémica sobre su renovación provocada por su agente al proclamar que merecía cobrar como Iker Casillas en el Madrid, el meta azulgrana ha batido su particular récord de imbatibilidad.

Valdés lleva cinco partidos de Liga sin encajar un gol. Athletic, Almería, Málaga, Valladolid y Recreativo han sido incapaces de batirle, con lo que lleva 452 minutos sin ir al fondo de la red. Desde que tuvo que recoger de su portería el cuarto gol del Atlético de Madrid en el Calderón (4-3) el pasado 1 de marzo. Idéntica marca si se toman en cuenta los últimos cinco encuentros consecutivos: cuatro de Liga y la visita del Bayern en la Champions.

"El mérito empieza en los delanteros, ellos son los primeros que presionan", explicó ayer Valdés, cuyo anterior récord era de 419 minutos en la primera Liga conquistada de la era Rijkaard. Con 25 tantos recibidos en 37 partidos, Valdés logró el trofeo Zamora al mejor de la Liga. El récord del club pertenece a Miguel Reina (824 minutos) desde la campaña 72-73.

Importancia secundaria

"Se le da más importancia al hecho de encajar o no goles y a mí no preocupa tanto como el hecho de ir sumando victorias", aseguró el meta azulgrana, indiferente a los elogios y a las críticas. Valdés se siente tan respaldado por sus compañeros y Pep Guardiola como cuestionado por una porción de la hinchada azulgrana. Algo que no le preocupa. Ha sido así desde que debutó con el primer equipo el 1 de septiembre del 2002 con Louis van Gaal de entrenador y un empate (2-2) en el marcador.

"La portería del Barça será controvertida toda la vida, pero Víctor ya se merece un trato distinto, de indiscutible. Hay gente a la que siempre, siempre, la discuten y eso es injusto. Por el trabajo que ha hecho Víctor, por lo mucho que se ha superado y todo lo que nos da", dijo ayer Xavi Hernández, uno de los dos únicos componentes de la plantilla --el otro es Carles Puyol-- que ha sobrevivido en el Camp Nou desde entonces.

Otra prueba

Valdés ha sobrevivido también a las cíclicas crisis que sacuden al Barça. Van Gaal, su valedor, le quitó la titularidad, y Rijkaard, su gran defensor, también le envió por un breve espacio de tiempo al banquillo en su primera temporada. Guardiola no ha sucumbido en ningún momento a la tentación de sustituirle, aunque reserva la Copa del Rey para José Manuel Pinto. El equipo se rehizo tras la mala racha del mes de febrero y vuelve a ser --o parecer-- invencible tras ganar los últimos siete partidos.

Una virtud que pondrá a prueba mañana el Bayern de Múnich, deseoso de resarcirse del humillante 4-0 del miércoles pasado ante su hinchada. "En Múnich tenemos que mantener nuestro estilo como si fuéramos 0-0. No sabemos jugar encerrados atrás", opinó Valdés, que no se atreve a dar por sentenciada la eliminatoria. Espera "un rival tocado" y "un ambiente fuerte" para que el Bayern apure la minúscula posibilidad de lograr algo similar a un milagro. "Los alemanes luchan hasta que el árbitro pita el final", subrayó el portero. ¿Y su futuro? No quiso hablar, más allá de que quiere acabar su carrera en el sitio donde está: bajo los palos del Camp Nou.