VALENCIA 3: Cañizares, Curro Torres, Ayala, Marchena, Carboni, Albelda, Baraja (Sissoko, m.65), Rufete, Aimar (Sánchez, m.31), Vicente y Mista (Angulo, m.79).

DEPORTIVO 0: Molina, Manuel Pablo (Duscher, m.75), César, Andrade, Romero, Scaloni, Mauro Silva, Sergio, Valerón, Pandiani (Tristán, m.73) y Luque (Fran, m.59).

GOLES: 1-0,m. 21: Vicente, de penalti. 2-0,m.90+: Vicente. 3-0,m.90+: Sánchez.

ARBITRO: Esquinas Torres (colegio madrileño). Amonestó por el Deportivo a Romero y por el Valencia a Vicente, Ayala y Sissoko. Expulsó con roja directa al visitante Mauro Silva (m.20).

Dos goles de Vicente y uno de Sánchez dieron la victoria al Valencia en un partido en el que el resultado es un espejismo, puesto que el fútbol lo puso el Deportivo a pesar de jugar setenta minutos en inferioridad y en el que los dos últimos tantos locales llegaron con el partido prácticamente concluido.

No mereció el Deportivo perder ayer en Valencia y, mucho menos, hacerlo con la contundencia de un 3-0 que, además, da al equipo de Mestalla ventaja en la diferencia particular de goles.

En términos generales, el Valencia nunca pudo con el rival, ni cuando las fuerzas estaban igualadas, ni cuando los gallegos se vieron obligados a hacer un gran esfuerzo para suplir la ausencia de un hombre del peso específico de Mauro Silva.

PROBLEMAS A los seis minutos, el árbitro señaló el primer penalti del partido en una caída de Vicente, que todavía no había entrado en el área cuando fue zancadilleado por Romero. El árbitro dudó y los jugadores del Deportivo protestaron. Fueron necesarios cuatro minutos para resolver la situación, que Baraja lanzara y que Molina acertara por donde le iba a llegar el balón. Diez minutos después, Esquinas Torres señaló un nuevo penalti contra el Deportivo, en esta ocasión tras un derribo de Mauro Silva a Aimar. El capitán del Deportivo vio la roja y Vicente estableció el 1-0. El penalti que ofreció dudas no acabó el gol y el que pareció claro se resolvió con el primer tanto.

Las emociones no acabaron aquí. Poco después, Vicente envió un balón al larguero y Aimar se lesionó y tuvo que ser sustituido por Juan Sánchez.

Fueron 45 minutos trepidantes. El Deportivo no acusó la inferioridad numérica, ya que Sergio y, sobre todo, Juan Carlos Valerón tomaron las riendas del equipo ante un Valencia al que le costaba elaborar el juego, se mostraba nervioso.

RESISTENCIA El Deportivo fue capaz de mantener el balón tras el descanso, sin acusar los muchos minutos que ya llevaba con un hombre menos y hasta dio la impresión de que estaba más cerca el 1-1 que el 2-0. El dominio del conjunto gallego era incluso asfixiante y llegaron los abucheos del público.

El Valencia no tenía ni llegada, ni pegada, ni más ideas que las que pudieran surgir de los regates de Vicente. Su juego parecía encaminado a buscar los puntos por la heroíca y a la defensiva, como si no jugara en casa y con uno más.

El Deportivo, por ocasiones, pero sobre todo por juego, mereció como poco la igualada, ante un rival que desaprovechó la oportunidad que se le presentó de, al jugar muchos minutos en superioridad, darse un festín y deleitar a su afición contra un rival directo en sus aspiraciones de alcanzar el liderato. El festín llegó, sin embargo, al final y dio un premio excesivo a los locales y un castigo muy severo a un Deportivo que mostró sus cualidades con el único pero de la falta de acierto ante Cañizares.