Algún día, algún año tenía que ocurrir. Ya eran demasiadas grandes vueltas partiendo como favorito y luego, casi siempre de forma inesperada, Alejandro Valverde cometía un error, muchas veces casi infantil. Adiós a sus objetivos. Mal venido sea el sambenito de que era imposible triunfar, por ejemplo, en la ronda española. Hoy, en Madrid, ante Samuel Sánchez (segundo) y Cadel Evans (tercero), el ciclista murciano levantará los brazos como vencedor de la Vuelta 2009.

Valverde se había caracterizado por su excesiva fogosidad y hambre insaciable de victoria. Todo, todo, todo, en unos tiempos donde, más que antes, hay que pensar dos veces a la hora de atacar. Porque, ahora, los esfuerzos excesivos se pagan. Llevaba años diciéndoselo Eusebio Unzué, su director. Tuvo que perder la Vuelta 2006 por no abrocharse el maillot en el descenso de Navacerrada y se despidió el año pasado de cualquier opción en el Tour por no saber sufrir, solo un poquito, en el último kilómetro antes de coronar el Tourmalet. "No he ganado ninguna etapa porque mi objetivo era más importante", comentó Valverde.

ESTILO CONTADOR Hoy ganará la Vuelta al estilo de Alberto Contador --quizá compañero el año que viene-- en el Giro del 2008. Siempre el más regular. Cuestión de no tener un día malo y, cuando se tiene, tal como sucedió el domingo en La Pandera, intentar sobreponerse con coraje. "Todos los grandes campeones sufren en una gran Vuelta en varias ocasiones. Lo que se trata es de disimularlo para que no se den cuenta los rivales". Con esta mentalidad ganará hoy la Vuelta 2009.

Ayer, mentalizado, se le quitó de la cabeza la innecesaria obligación de ganar una etapa, la contrarreloj final de Toledo, donde se impuso David Millar y donde Evans desplazó a Ivan Basso de la tercera plaza de la general. Valverde corrió a lo suyo. A por la general, a controlar, a demostrar que ya sabe correr como un ciclista adulto.

"Me siento muy contento y liberado. Tenía ganas de ganar una grande. Sabía que podía vencer. He estado concentrado, no he gastado innecesariamente y lo he podido conseguir. Puedo disputar un Tour, pero poco a poco y concentrado creo que puedo optar al podio y por qué no ganar, aunque Contador es muy fuerte", añadió ante un triunfo "que tenía que llegar y ha llegado". Dedicó la Vuelta a su equipo, a sus hijos y a su nueva compañera. "Ahora, a luchar por el Mundial", apostilló.