La primera decisión (y no ha sido nada fácil) que debía tomarErnesto Valverde (Viandar de la Vera, Cáceres, 9 de febrero de 1964), una de las mejores personas que usted puede tropezarse en esta vida, no era, no, aceptar la oferta del Barça, en teoría irrechazable, sino decidir si quería, podía y / o debía seguir al frente de su Athletic, que, curiosamente, ha dejado en manos de su Barça la posibilidad de participar, la próxima temporada, en laEuropa League, siempre y cuando el equipo de Luis Enriquegane en la final de Copa al Alavés el próximo sábado.

Nadie ha trabajado más y mejor que Josu Urrutia, presidente del club deBilbao, para disuadir al 'Txingurri' Valverde de que siga cocinando la pócima deLezama, pero finalmente el técnico, que empezó dirigiendo a equipos de fútbol base del Athletic, siguió en el Espanyol, vivió una doble etapa en elOlympiacos griego, Villarreal y Valencia, y llevaba cuatro años en San Mamés, ha decidido aceptar el reto de dirigir a uno de sus equipos más amados.

EL MOMENTO DE CAMBIAR

Sin rumiar la frase que dijo Pep Guardiola cuando abandonó el Barça ("si seguimos, acabaremos haciéndonos daño"), Valverde cree que es momento de cambiar de aires. Y no por las limitaciones de plantilla que tienen los vascos, que no han podido (o no han querido por su excesivo precio, como es el caso del lateral Monreal, navarro del Arsenal) invertir los 70 millones de euros que aún tienen en caja para fichajes, sino porque el tope de un club como el Athletic es ése, la Europa pequeña y, sobre todo, su preciosa y bendita devoción de jugar solo con jugadores de casa o su entorno.

Quienes conocen bien a Valverde aseguran que le ha dado muchas vueltas a la oferta azulgrana, pero el balance final siempre era más positivo que negativo. Por fin podrá entrenar a buena parte de los mejores jugadores del mundo. Por fin podrá jugar cuándo, dónde y con los futbolistas que quiera al ataque, al contragolpe o a la defensiva. Por fin podrá elegir y no pasarse la vida temiendo perder, por lesión, a los mejores, pues tendrá buenos recambios. Por fin podrá entrenar al mejor jugador del mundo, Leo Messi. "Ernesto sabe que coincidirá en un 95% con lo que piensa Messi", comentaba a EL PERIÓDICO un buen amigo bilbaíno del aún entrenador del Athletic.

Revolución o transición, cambio pausado o transformación del método, inspiración cruyffista o versatilidad en el juego, lo cierto es que Valverde, que se ha curtido en mil batallas, ha decidido aprovechar la oportunidad que le ofrece el Barça para jugar a lo grande y aspirar a todo, tras ahuyentar la posibilidad de que San Mamés se canse de él a mitad de su quinto año y le pite.

DIRECTOR DE GRUPO

"Es el mejor director de grupo que conozco", explica a este diario uno de los titulares de hace años en el Athletic. "Es muy inteligente, es listo, lo sabe todo por jugador y por entrenador, es tremendamentesincero con el futbolista desde el primer día y ya se merece, sí, entrenar a un equipo que quiera ganar Liga, Champions y Copa".

Nadie lo dice, pero el Barça, con la llegada de Ernesto Valverde, espera, aunque no está entre los cinco motivos por los que se ha decantado para ficharlo, recuperar el buen rollo con los medios de comunicación, donde el Txingurri se mueve con firmeza pero enorme amabilidad, sinceridad y sonrisas.