Ernesto Valverde no tiene ninguna queja de la plantilla que le han puesto en sus manos. Ni una. Pero espera fichajes, aunque, asegura, que no los ha pedido ni ha dado nombres y apellidos de los futbolistas que desearía ver en el Barça. Por ahora ve «con alivio» cada día al número uno del mundo. A Leo Messi. «Los mejores están aquí», dijo el entrenador del Barça en un deseo de reivindicar la calidad de un vestuario que en la última campaña solo conquistó la Copa.

Nelson Semedo y Gerard Deulofeu son las únicas novedades -ninguno de los dos se ha entrenado aún, tampoco Rafinha, otro lesionado- de una plantilla numerosa: 28 jugadores.

Son muy buenos todos, generalizó Valverde, y entre ellos está Messi. «Es un futbolista único», subrayó el entrenador, que no ha alcanzado el estado de asombro de sus predecesores tras observar las evoluciones del astro. Por ahora, tiene una «sensación de alivio» por saber que es suyo.

«Cuando estás enfrente piensas que te faltan jugadores para taparle», explicó Valverde evocando la angustia que sentía cada vez que el Athletic se cruzaba en el camino del Barça. Perdió más veces de las que ganó. Messi le arrebató la Copa del Rey del 2015, aunque meses más tarde el once rojiblanco se vengó conquistando la Supercopa de España.

Ante la atenta mirada de todos sus superiores Valverde dijo sentirse como «un debutante» en la misión de gestionar al tridente.

Pretende hacerlo desde «la normalidad» pese a que son tres de los cuatro futbolistas más cotizados del planeta. De momento le ha resultado hasta fácil, sin partidos ni un calendario que obligue a repartir descansos y dosificaciones en un grupo de futbolistas tan reticente a ceder minutos de juego. «Tengo que conocerles bien y manejarme con ellos», dijo. A ellos y a los demás. Valverde se siente en plena fase de aprendizaje: no solo necesita explorar las cualidades futbolísticas sino también sus personalidades para poder convivir las dos temporadas que firmó como entrenador del Barça.

Frente a la cúpula futbolística del club, Valverde exhibió un perfil prudente, sin muchas concreciones. Aventuró, por ejemplo, que Messi desempeñará el mismo rol de los últimos años. Es decir, Leo se guiará por el instinto para explorar cualquier zona del campo. «Nuestra idea es que esté en zonas cómodas», explicó el Txingurri.